He llegado a pensar que la palabra “tiempo” debería ser
considerada una polisemia (aunque en sentido estricto no lo sea, es una sola
palabra) y esto lo pienso por las diferentes acepciones y significados que
tiene.
No es lo mismo el tiempo atmosférico, que el tiempo como
lapso de aconteceres. Tampoco este tiempo o paso de él, es lo mismo para todos.
Para algunos esta acepción de tiempo, la de pasar la vida, es una bendición. Es el caso del sistema
usado para ir quitándole hierro a los acusados de algo, que sean fieles a las
consignas recibidas. Ya, de los acusados de los EREs no queda ni uno en el
talego, el tiempo ha pasado. Por más que la ciudadanía tenga claro que estos se
jamaron la pasta de la Administración, es decir, la nuestra, en “facilitarle”
la vida a los amiguetes, los encargados de repartir, o impartir, eso que llaman
Justicia, ya han aplicado la cataplasma del tiempo y todos andan libremente disfrutando
de sus cuentas poco corrientes. Ya ha salido hasta el conductor y el conducido
de los porros.
También el tiempo actúa como bálsamo para los malayos, de
los que ya hay nombres que ni suenan… ni se sabe ya nada de ellos.
Esto hace que los alegres chicos de Moodys, que parece
claro que en España en general y en Andalucía en particular, cobran poco, por lo
que no están obligados por la obediencia debida, a estos lares han puesto eso
que llaman el bono (ya es casualidad que se llame esto como don Hosé el
Implantado) de nuestra comunidad y la de Extremadura, a nivel de “bono basura”,
lo que teniendo en cuenta la cantidad de huelgas basurarias (un nuevo palabro
de creación propia) va a significar que ya ni recogen los bonos del suelo.
Otro al que, por el contrario, el tiempo que ha estado en
este mundo se le ha tenido que hacer larguísimo, ha sido el joven que ha
palmado tras una operación de reducción de estomago. Pobre, descanse en paz.
Esta es una forma de medir que ha descartado un gilivainas
yanqui que se ha gastado unos 100.000 dólares usa en operarse 90 veces para parecerse
al novio de la Barbie. Se los podía haber ahorrado, porque de cerebro ya
estaban a la par.
Eso sí, indudablemente, la interpretación más pinturera
de la palabra tiempo, es la de espacios meteorológicos de los telediarios. Antes
de irnos de viaje, me ¿informé? en todos los medios posibles sobre qué tiempo
iba a hacer en Girona y sus alrededores y me faltó echar en la maleta el
rosquito salvavidas, por si las inundaciones. Una vez allí, la familia y amigos
que sabían por donde andábamos, todos preocupados por nuestra salud y güasapeándome
interesándose por nuestra integridad física… Pues bien; hemos pasado un calor
de muerte; el impermeable no lo he podido ni sacar de paseo; los sudores eternos
compañeros, y de una leshe muy veraniega. Eso sí, los telediarios los veía allí
y las noticias eran terroríficas; alarmas; prevenciones; muertos, etc., pero, te
asomabas a la puerta y un sol de justicia. ¿De dónde saca las informaciones esta
gente?
En fin que el tiempo vale para todo, incluso para echarlo
haciendo huelgas. Ya para esto de holgar como protesta, no hacen casi ni falta,
motivos. Se puede montar una para
protestar de eso…del paso del tiempo.
Por cierto, al que le están ya cortando los tiempos es a
don Íñigo. Sus coleguillas de la parte protestadora, ya lo han emplazado;
Autodeterminación en esta legislatura. No se sabe si el tiempo se le va a hacer
corto o largo al flamante Lehendakari (¿se escribe así?), pero él así lo
quería.
Hasta mañana.
Pepeprado
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