Cosas de Málaga

Aunque en el resto del país, siguen pasando cosas tales como; la desesperación de Marín en el Congreso ante los espectáculos que le montan; la compra de voluntades para defender a una correligionaria; un motín en la cárcel donde mandan a negociar a otro preso más peligroso que los propios amotinados; las compañías aéreas hacen publicidad engañosa por la cara, y finalmente, la aclaración de que la esposa-topo-periodista-escritora-divulgadora del Juez Bermúdez estaba cobrando un sueldo del CGPJ nombrada en “puesto de confianza, no funcionaria” (lo que nos da una idea de lo lumbreras que es el que decide los nombramientos), repito aunque hayan pasado todas estas minucias, las vamos a dejar para mirar hacia nosotros mismos, a veces es bueno mirar nuestro ombligo.

En mi pueblo, Málaga, me dicen que ahora por primera vez se van a coordinar dos de las policías, la Local y la Nacional; esto nos aclara que antes casi ni se hablaban. Estas cosillas son reconfortantes, te sientes protegido. Lo que no aclara es si también ahora los de la Nacional se van a dedicar a vigilar a los ciudadanos peligrosos que se pasan en la hora del aparcamiento o lo hacen en doble fila y van a pasar de mirar cuando los ciudadanos protegidos hagan de las suyas.

Otra cosa, se ven en los periódicos fotos del equipo maravilloso Roca- Muñoz sentados en el banquillo, en el que por cierto (no sé si me lo he perdido), pero creo que en ninguno de estos juicios se les ha pedido que devuelvan la pasta de inmediato; me da la impresión de eso, de que solo están en el banquillo temporalmente, por baja forma transitoria, pero que ya mismo serán titulares, estarán en la calle y seguirán “dirigiendo” al equipo; esto me sirve para pasar al tema más interesante, porque este tema puede originar un hermoso espacio edificable donde estos personajes podrían hacer varias urbanizaciones y torres; el posible embovedado y urbanizado del cauce del Guadalmedina.

Este meritorio de río, que nunca llegó siquiera a ser aprendiz, pero que a veces sacaba malos modos, ha sido tradicionalmente; una cicatriz divisoria de la ciudad; un motivo de debate; e incluso una manera de colgarse medallas, como aquella vez que se hicieron campos de fútbol en su cauce y fue como invocar al dios de la lluvia, dios que respondió rápidamente, vino y se llevó los campos y las porterías a los pocos días.

Este, por llamarlo de alguna manera, río, en el que ya incluso han desembarcado pateras, ha conseguido un milagro; el Gobierno, la Junta y el Ayuntamiento -como se decía antes- “se están hablando”, y parece que es hasta posible que se pongan de acuerdo… maravilloso; es la primera vez que pasa en la historia reciente, y aunque fuera solo por esto ya deberíamos agradecérselo a nuestro Guadalmedina.

Si al final conseguimos que ese espacio sirva para algo, que sea práctico y que pueda ser disfrutado por los malagueños y los visitantes, sería la repera, y yo, para conseguir que se haga, incluso le imploraría a la Baronesa Nacional que se encadenara en el puente de la Aurora o mejor, en el de la Esperanza (por el aquello del nombre, nada más), y nos eche una manita, que aquí le ponemos un Museo donde haga falta (ya después nos lo repartiremos), en reciprocidad a su ayuda.

Lo preocupante dentro de lo que pasa, es que todavía ni los ecologistas ni Izquierda Unida han empezado a ponerle pegas al asunto, con lo que este pre-proyecto o discusión queda falto de chicha; esperemos que empiecen las quejas pronto para que todo vuelva a la normalidad, lo echo de menos.

Mañana seguiremos, quizás algún día vea a mi Guadalmedina transformado, puede pasar de todo en esta mi Málaga, hasta pueden pasar cosas lógicas y razonables.

Pepeprado