La ley

Cada día más, se nos muestra a los españoles que en esto de la justicia y la ley, hay diferentes varas de medir, y que esto es aplicable para lo bueno y para lo malo. Creo que está claro que el Yernísimo no es alguien que me preocupe más de la cuenta, e incluso no me importa reconocer que me cae reguíln por la marmórea faz que maneja. Pero, una vez aclarado esto, me sorprende que mientras a chorizos de otras calañas y a asesinos demostrados y a veces incluso confesos, se les aplican todos los beneficios y se les trata con toda la amabilidad del mundo, a veces incluso con cariño, a este ciudadano, para empezar, aunque se le presuponía un trato preferente por defecto, se le está dando un trato sospechoso por exceso. Un interrogatorio de 22 horas, con múltiples acusadores que pueden preguntar ininterrumpidamente, no me creo que sea equitativo y beneficie a la justicia.

De esto, lo que me preocupa son dos cosas; la primera es esa evidencia de discriminación, aplicando todo el rigor de las leyes sólo a unos pocos, y lo segundo que esto se convierta en una cuestión de estilo y se olvide eso de, por llamarlo de alguna manera,  sentar jurisprudencia, en la aplicación no solo de las sentencias sino también de los actos preparatorios de estas.

Mientras tanto, por ahí fuera se siguen difundiendo millones de correos de algunos servicios secretos. Naturalmente los difunde Wikileaks y dice que son “de una de las grandes empresas de espionaje del mundo”. No sabía yo que esto de meter las narices en las vidas de otros países se contratara en agencias especializadas. Creer para ver, aunque vista la eficacia de esta agencia para guardar secretos, su  profesionalidad queda fatal, y el de algunos de los espías intervinientes aun queda peor, ya que se ve que lo que más les interesaba de don JM Aznar, era la frondosidad de su pelo y lo plúmbeo de su verbo. Estamos arreglados si estos son los que tienen que velar por el equilibrio de las  grandes potencias y los satélites que estamos en sus orbitas. Aquí sí que viene a güevo eso de; ¡dios, que tropa!

Por lo demás, nada. Aquí, el que se ha convertido en Mega Concejal, sigue empleándose a fondo con la Feria, aunque hay quien cree que es “contra” la feria.

Primero se quiso cargar la noche primera (y consecuentemente el primer fin de semana) de los fuegos, con todas las ventajas de consumo y de propaganda que esta tiene, y ahora anda flotando queriendo meterla en el Puerto. Si sigue así, con ideas de estas, posiblemente lo siguiente sea hacer la Feria de Málaga, en Albacete para que no se le noten las vergüenzas y las carencias al Ayuntamiento en etas cosas.

También dice que no quiere ser alcalde… y se lo tiene que creer el personal. Si hay algo que es fácil ver y reconocer, son las ambiciones personales de cada uno, y estas cosas sería mejor no intentar ocultarlas, ya que siempre será mejor que desde el principio se sepa de qué va cada uno.

Con esto, por hoy ya hay bastante.

Hasta mañana.