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martes, 24 de febrero de 2015

La que nos espera

Lo que queda de año va a ser un suplicio. Ya hoy, sólo con la preparación de eso que llaman el debate del estado de la nación, una repetición anual de las mismas chorradas, las emisoras de radio y tele, están que no hay quien las aguante, con todos (y todas) los presentadores echándole una mano previa, a sus “patrocinadores”.  Ni te cuento lo que va a ser a partir de ahora.
Dejemos de comentar pues, chorradas ya previsibles . Del exterior me llama la atención que los de Charlie Hebdo, han reanudado su publicación, y vuelven a ser irreverentes. Naturalmente no con los peligrosos, sino, por ejemplo, con  el Papa y con Sarkozy, que saben nunca van a ponerles bombas en la redacción.
Aquí, ayer hubo un terremoto, afortunadamente no hubo víctimas, aunque a posteriori hubo quién se convirtió en víctima de su propia tontuna; el señor Garzón, submarino encubierto de otro partido en su propio partido, salió diciendo que esto era… por el fracking. Los hay que si son más tontos se rompen.
Lo que sí me tiene preocupado es el alto nivel de inconsistencia mental del país. Por un lado, todos los media y los políticos progres se echan las manos a la cabeza y se rasgan vestiduras denunciando el machismo, la falta de respeto a la mujer, y demás lindezas del día a día. Véase si no, la indignación por los canticos de los béticos. Pero a la vez, todos admiten y los media producen, programan y promocionan todo tipo de programas, en los que la mujer es un mero objeto a exponer en el mercado de la carne. Buscan señoritas para que se encame el cateto de turno; encierran a unos pocos en una casa a esperar que practiquen la coyunda indiscriminada, y hasta a la última aberración que ahora está promocionando una de esas cadenas puras y cristalinas; buscar disminuidas mentales que por unas vacaciones en algún presunto paraíso terrenal americano, no sólo se encamen, sino que se casen con el imbécil de turno que sólo se preocupa por sus músculos y no tiene tiempo de cortejar debidamente a una señorita cómo es debido. Aparte de ser esto una vergüenza, es preocupante, dice bastante sobre la volatilidad de los mensajes sobre el tema, qué, en el momento que hay dinero o audiencia de por medio, dejan de tener importancia eso tan antiguo del respeto. La guarrería es tanta, que prefiero no seguir.
En Málaga, los asuntos turbios parece tienen un ambiente cofradiero. Para empezar, la Policía tuvo que ir a un cabildo del Cautivo, para terminar con discusiones que se estaban yendo de la mano. Pensar que hemos llegado a desvirtuar eso que tiene el hermoso nombre de “una hermandad”, es cómo para echarse a llorar. Lo que se supone, es una agrupación de personas qué, se vuelve a suponer, están hermanados en torno a unas imágenes y unas creencias, haya llegado a estos extremos, es totalmente denigrante. Se llega a esto por personalismos, por búsqueda de beneficios personales, bien económicos o bien de búsqueda de un prestigio que por otro camino, esos actores de segunda, no pueden obtener. Es la banalización de algo importante, que se lleva ese extremo sólo para beneficio de uno o unos. Para llorar.
Además, hay otra noticia en la que un miembro de una banda de música juvenil, es agredido por otro ex miembro, por lo visto tocador de tambor, que también quería moldear la banda a su particular gusto. Otra muestra de esa atmosfera de crispación que está invadiendo un ambiente qué, en general está más por hacer el bien, pero qué, por culpa de este tipo de personajes, ve enturbiada su imagen. Seguimos en lo mismo; para llorar.
Me voy. La noticia chusca, es que los Oscar han pedido audiencia (un 16%) a pesar, o quizás gracias a, la falta de respeto de su presentador hacia la audiencia. Lo de quedarse en pelotas era previsible, pero es sólo una muestra más de eso, de la falta de respeto de algunos artistas hacia su público, el que les paga cifras millonarias. A ver si aprenden.
Hasta mañana.

Pepeprado

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