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martes, 10 de enero de 2012

Otra vez


Otra vez me ha entrado envidia de otros países. Esta vez ha sido de Suiza, país al que por cierto nunca he ido, siempre me ha parecido demasiado perfecto. Me ha dado el golpetazo de envidia al saber que el Presidente del Banco Nacional Suizo (o algo así, no me he quedado con el titulo) ha tenido que dimitir porque se sospecha que su pastora compró dólares porque supo que su cónyuge iba a devaluar el franco. Informan que el susodicho, jura por sus ancestros que no le dijo nada a su costilla, pero ante la sola sospecha… ha tenido que dimitir. ¡¡¡Ohhh!!! Envidia negra.
Aquí no dimite nadie. Ni los del faisán, ni los de las gasolineras, ni los de los trajes, ni los palmeros y sus estadios sin construir, ni los que construyeron aeropuertos sin aviones, ni los que se gastaban los EREs en coca, ni… aquí no suelta la teta ni san Nani.
Pensar que la sola sospecha, ya es motivo para mandar a hacer puñetas a alguien, es como intentar leer Alicia en el País de las Maravillas, pero en arameo, que tiene más mérito. Vas a sacar lo mismo. Al menos pataleemos, no sirve de nada, pero te quedas algo más descansado. Después te pones a leer Alí Babá y los muchicientos ladrones y ese cuento si lo entiendes a la primera.
Para engordar mi pequeño ego, al decir que yo esto ya lo dije hace tiempo, ahora en los medios ya se está hablando de buscar el Nobel de la Paz para alguno de nuestros personajes pintorescos. Los del Norte quieren que sea para el presunto señor Otegui, y para, según algunos, contrarrestar esta petición, otros dicen que el más güeno, güenísimo del lugar fue don Rodríguez. Todo esto, así, sin prepararte el cuerpo previamente. Por cierto el que todavía no ha dicho nada es el aspirante primero, don Baltasar (el rey no, el de los líos). Este puede argumentar antigüedad en la aspiración como valor añadido. Lo peor del caso, es que vista la trayectoria de los Nobel de la Paz, son capacees hasta de dárselo a algún impresentable de estos.
De todos estos líos, ayer hubo otro que tenía yo interés en ver cómo terminaba. Para empezar, no ha terminado; el señor fiscal del caso del presidente del Sevilla y de los julianescos, pidió ayer prisión incondicional, pero… dejó a la voluntad del tribunal que eso se lo cambien por unos cuantos dineros y visitas a firmar a comisaria. Con esto, el tribunal ya puede quitarle hierro al asunto y dejarlo en tres fines de semana sin fútbol y a cambio, que se quede con la pasta.
Con estas cosas hay que reflexionar sobre un detalle; tienen mala suerte los equipos de futbol de Sevilla. Actualmente andan en juicios por meter mano en las cajas, un presidente del Sevilla y dos del Betis. Es para pensar en ello. De alcaldes y presidentes de Junta y allegados ni hablar. Hoy me he enterado que Donmanué tiene hasta un sobrino en el trullo por delitos sexuales (¡qué familia, Dios!).
Con estas cosas, eso de madres que les pegan a sus niñas y las mandan a la cárcel, o de jubilados que matan a sus parejas, parecen enteramente cosas menores, así que me voy.



Hasta mañana.
Pepeprado

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