Los que somos amantes incansables de los libros, somos carne de
cañón en las librerías. Aunque entres a preguntar la hora, siempre sales “enganchado”
con alguno. Ahora ando con un par de ellos empezados pero mira por donde, ayer,
mientras escribía en este muro, no fui yo quien buscó un libro sino que por una
vez, fue el libro el que me buscó a mí.
¿Cómo fue la cosa? Simplemente que mi hermano Rafael me presentó a un
amigo y colega suyo que acaba de presentar uno nuevo y este, Antonio Bustos, al
enterarse de qué, aunque quise, no pude ir a la presentación que había visto anunciada,
me hizo una especie de presentación personalizada del tema del libro.

Bueno, aparte de esto, poco más, cómo siempre en los periódicos cosas
malas, el ex Gran Visir está pidiendo a la gente que se tire a la calle, el nuevo
mandamás de Andalucía obliga a los presuntos amos de la Cortijá a abrir esa investigación
a la que se han negado tantas veces, las teles encantadas con los programas
judiciales, el presidente del Gobierno en paradero desconocido la mayor parte
del tiempo, en Valencia van a despedir a más gente de la que hay… Lo dicho, lo
de siempre, así que yo me voy a cumplir con una de mis mayores obligaciones, a
trabajar de abuelo para lo que hay que estar en plena forma.
Mañana será otro día y quizás se produzca alguna novedad, entonces la
contaré entretanto, a disfrutar de un día soleado y a aportar una nota de
tranquilidad a esta civilización desquiciada a la que solo parece interesar si
el Madrid gana al Barça o viceversa o si el retoño de la flamenca que ayudó a
que se perdieran los millones de Marbella preña a la fulanita de turno o
despreña a la anterior. Un parnaso de cultura.
Hasta mañana.
Pepeprado
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