Hay
que ver cómo pasan los días cuando eres un señor mayor. Ya es otra vez viernes
y aquí estamos.
De
eso que se llama el extranjero, don Maúro y sus jueces nos han aclarado e
informado de lo que va a ser esto si ganan sus patrocinados. Aquí se meterá en
la cárcel a los que no opinen lo reglamentario y sólo serán oídos los que
adoren al líder. Allí, al opositor, Leopoldo López, por ir a una manifa le han
cascado 13 años de prisión. No se sabe que
el señor Iglesias haya opinado sobre el tema. En cambio sí se sabe que opina
que tener abuelos andaluces es acomplejante y vergonzoso.
Por lo demás, ya ha empezado “oficialmente”
la campaña de esas extrañas elecciones en las que cada uno va a votar cosas
diferentes; la presidencia autonómica, el derecho a decidir, la independencia o
la investigación sobre el cultivo del champiñón.
Ha empezado con variopintas
opiniones, entre la que ha destacado la de don Margallo, que parece qué, ahora con
eso de los refugiados, está en una nube extraterrestre. Ha declarado que a Cataluña
hay que darle todo lo que ellos quieran, IRPF, ITVs, y vales para la Noria del
Puerto de Málaga. No se entera que a estos cuanto más les des, más pedirán. Al
menos, le valdrá al señor ministro su entrenamiento con los refugiados para afrontar
el éxodo de los andaluces y manchegos que tendrán que huir obligatoriamente de
la Nueva Cataluña.
Lo que no cambia es
nuestra Taifa. Una vez controladas las comisiones de investigación, ahora se
planea la forma de darles carpetazo definitivamente. Se ha formado una comisión
para ello, y la va a presidir un señor de Ciudadanos, que antes era… del PSOE.
No sé, pero se podía haber elegido a alguien menos sospechoso.
De nuestra ciudad,
lo de siempre, obras aparentes todas encaminadas a “cerrar” la ciudad, y tras
la procesión de la Victoria de hace umbos días, mañana la del Roció. Lo dicho, todo
igual.
En la provincia,
que en vez de querer emular a Magaluf como Málaga capital, se quieren parecer a
la Chicago de los años 30. En San Pedro hubo un (otro) tiroteo, y nos cuentan
que fue un ajuste de cuentas… Maravilloso.
Me voy, así estaré más
tranquilo. Además tengo obligaciones de abuelo.
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