No
me gusta hablar de cine y mucho menos de festivales, entre otras cosas porque
hay uno cada dos o tres días, lo que me parece poco serio. Claro que el de
Cannes lleva muchos años y hay que echarle un vistazo. La pena es que ya se ha
vuelto previsible. Este años, como no iba a ser menos, el premio ha sido el
previsto, como debe ser. Es decir, una peli sobre lesbianas y encima hecha por
un señor de Túnez con podía pasar de largo. Si algo hay en estos tiempos es que
los éxitos están asegurados si los autores cumplen las normas de la modernidad
y la progresía. No sé si la peli será mala o buena, pero una historia de un matrimonio
de los de toda la vida contada por un señor normal, seguro que en su vida va a conseguir
un premio.
Esto,
si es en España, se traduce en peli de la Guerra Civil, con republicanos buenísimos,
falangistas malvados, mujeres represaliadas y moros violando. Con esto, como
mínimo un par de docenas de goyas. Naturalmente en todos los casos, mucho sexo
explicito y mucho morbo sangriento ayuda tela del telar.
Para
terminar de salirme de “mi” normalidad, un poco de futbol, o mejor de un
personaje, de don Manuel Pellegrini. Se va, y es una pena porque en los últimos
decenios no recuerdo a un entrenador tan educado, respetuoso y ecuánime como
este señor. Se va sin haber pronunciado ni un insulto ni una descalificación, y
eso en este mundo pelotero amante de las peloteras, es completamente inaudito.
Gracias don Manuel por estas lecciones de urbanidad que ha sumado a unas
campañas como nunca se recordaban aquí. Ahora a ver que nos traen… y rezar.
Por
lo demás, la vida sigue. En San Sebastián van a juzgar (no me lo creo, van a hacer
como que lo juzgan) a un ex asesor de Bildu que amenazaba con cargarse a los hinchas
de le selección nacional (y eso que entonces era La Roja) solo por eso, por ser
Nacional. Seguro que no le pasa nada de
nada, lo más, una multa de dos euros, que se dejara en suspenso.
En
Málaga, sigue la alegre vida universitaria. Lo último que ha salido, es que han
robado tres ordenadores en un cambio de clase. Encima admiten que ya en enero se
llevaron de allí un cuadro de tres metros y un par de cuadros digitales. Esta
es la Universidad por la que clama doña Adelaida. Por esto no clama nadie, pero
esta es la realidad del día a día, pero es más importante lo políticamente correcto
que hablar de chorizos. Se verá que pasa con esto, porque para más inri los
robos han sido en la Facultad de Comunicación, es decir, en la de de los que
nos van a comunicar las cosas que pasan. Muy bien, progresamos adecuadamente.
No
tengo más ganas de ver estas cosas, así que me voy, mañana será otro día.
Hasta
mañana
Pepeprado
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