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viernes, 30 de noviembre de 2012

A mi amigo Ramón

Antes de llegar a don Ramón, un vistazo al panorama exterior.
Yankilandia vuelve a demostrar que el dinero es la única justicia universal. El señor DSK, el de las manos largas y el escape fallido, ha callado a su acusada a base de pasta, la mejor y más rápida manera que tienen los ricos de acabar con sus problemas.
En Europa, el notición es que un fulanito, con nombre tremendamente llamativo, Jordi Sardà Bonvehi, demostrativo de su españolidad, firmó con el primer ministro de Ucrania un negociejo de miles de millones, así, por la cara. Es curioso que este pollo, que según parece ha ido algunas veces incrustado en el avión del Rey cuando este va de gira para buscar negocios, sea precisamente súbdito de don Arturo. O sea, que los que son liantes, tramposos y caraduras no son siempre exclusivos de eso que él llama España (la tienen que llamar, “el resto de España”), sino que en su amado entorno haberlos haylos (además de los ya conocidos). Que piense en ello.
Por nuestros andurriales, ronda por ahí una noticia referente a esa ¿madre? que amontonaba niños en congeladores. A pesar de tener un profundo respeto por la vida humana, tías como esta, son las que me hacen pensar que “a lo mejor”, (quizás, no estoy seguro, puede ser…), la pena de muerte no estaría tan mal. Recapacitemos.
Lo mejor de lo mejor, el chiste del señor Griñán. Sólo voy a poner el titular, sin comentarlo, que cada cual piense lo que quiera; Griñán tacha de fiasco la comisión de los ERE”
Ya en Aquí, andan investigando si esa moda de quemar contenedores, que tanto gusta a algunos, tiene algo que ver con un conflicto laboral. Es esta una peregrina forma de arreglar las cosas, gastando dinero de todos los demás.
Ahora, ya, lo de mi amigo Ramón, al que dedico esto por ser persona muy interesada en el tema; “Luz verde a que 'El novio de la muerte' se cante en la iglesia de Santo Domingo”.
Bueno, Ramón y compañeros; tranquilos que por ahora se ha acabado el tema, ya vendrán otros asuntillos.
Lo que a mí más me ha cabreado de esto, no ha sido que se cante o no, ni si la razón la tiene el cura o el monaguillo de enfrente, lo que me ha puesto de los nervios (bueno, dentro de unas normas, yo de nervios ando templado), es que las teles de ámbito nacional hayan llegado a poner esto incluso en sus telediarios. En Málaga suceden cientos de cosas y nunca son dignas de su atención. Talmente parece, que solo hace siempre buen tiempo en las playas de la Malvarrosa y hace algo de calorcillo a los pies de la Giralda. Para estas teles, Málaga solo sale en caso de inundación, fuego u otro daño catastrófico, como las antiguas pólizas de seguros. Lo repito; me cabrea. Esta ha sido solo una pequeña discusión domestica que se tenía que solucionar entre los implicados, y que quizás se haya producido por una falta de información al párroco sobre la importancia moral que tiene este cantico para Málaga en general y para la Cofradía de Mena en particular, y nada más. Nunca ha sido un casus belli como para poner a toda la ciudad en la picota de esos telediarios interesados en arrimar el ascua a la sardina de los que les mandan. Con  esto, ya no voy a hablar más de esta chorrada, elevada a la categoría de incidente solo para buscar audiencias.
Me voy, pero antes, lamentar que lo que pedía ayer, que mandamases y oposición se pusieran de acuerdo en algo, haya servido solo para que se pongan de acuerdo en… lo de la peatonalización del entorno catedralicio.  ¡Mecachis!”
Hasta mañana.
Pepeprado

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