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jueves, 3 de enero de 2013

De impuestos y otras cosas

Han salido las cifras del paro de este último mes. Ha bajado el paro levemente. Naturalmente han influido las contrataciones por las Navidades, pero según yo veo en la calle, estas no han sido tantas, ya que esos “refuerzos” que antes hacían comercios y negocios para afrontar la Navidad, ya desde el principio se sabía no iban a hacer falta. Por lo tanto esa leve bajada, es más real, y un levísimo rayo de luz, por mucho que los agoreros insistan en echar abajo las  esperanzas de todos. Allá ellos, es preferible pensar en positivo.
Lo de los impuestos viene por esa noticia de que don Putin ha concedido la ciudadanía a don Depardieu. En principio la cosa suena rara, pero cuando te enteras de que en su pueblo le quieren quitar el 75% (eso, el setenta y cinco) de sus ingresos en concepto de impuestos, ya se entiende más.
Ahora con ese falso sentido de la redistribución de la riqueza, es muy progre pegarle palos a los que más ganan, para repartírselo. Eso suena muy guay, pero hay que hacerlo con mesura y con cabeza. Generalmente estas personas que ganan mucho, además producen puestos de trabajo y dan también dinero a ganar a mucha gente. Si a estos los convencemos de que cuanto más ganen menos les va a quedar, corremos el peligro de que hagan la maleta y nos dejen con tres palmos de narices (tres es más que dos) con lo que podemos hacer un pan como unas tortas.
Se produce además un caso curioso, y es que muchos de los que protestan y van a manifestaciones de esas de caviar y progresía, tienen ya, desde hace tiempo sus caudales en otros lugares, por ejemplo en los denostados USA, donde protestan contra el Imperio pero viviendo en ese mismo imperio.
Los impuestos son una menara de redistribuir la riqueza, pero al que la produce, algo hay que dejarle para motivarlo. Tambien considerar que, entre las pobres criaturas que actualmente están en el paro por obligación, hay incrustadas una gran cantidad de esos que no han pegado un palo al agua en su vida y están dispuestos a vivir del estado hasta su palmatoria. Con el agravamiento de que estos, como no se han desgastado, duran mucho y así cobran por la cara mucho tiempo.
A mí de siempre me han sorprendido mucho esas pensiones “no contributivas”, porque nadie me sabe explicar cómo, salvo honrosas excepciones de madres abandonadas y situaciones similares, un ciudadano puede llegar a los 65 tacos sin haber cotizado ni un solo día. ¿Milagro?
Así que mejor qué, vistas las barbas de Depardieu, pongamos las nuestras a remojar y afinemos en eso de los impuestos, no sea que nos quedemos aquí nada más que los que no nos queda más remedio.
Con esto hay bastante por hoy.
De mi Málaga, decir que andan empeñados en peatonalizar la Catedral, y me imagino que hasta el Golfo de Vizcaya si se pudieran, todo con tal de salir en los periódicos.
Otra noticia, esta, muy asquerosa, es que entre los últimos que han ligado en la última redada para controlar la pornografía infantil, hay un universitario de Málaga. De estos, al trullo con él (y con todos) y que no los dejen salir en los próximos quinientos años.
Lo último; el reloj de mi plaza está “ya”, otra vez tapado. Ayer tarde volvieron a ocultarlo, esto ya parece una manía.
Hasta mañana
Pepeprado

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