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jueves, 25 de abril de 2013

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Hoy no se debería hablar más que de esto. Que más de un tercio de los que estamos en esta ciudad, esté en paro, es como para dejar de hablar… y ponerse a trabajar en ello para remediarlo. Esto es tan gordo que ya no cabe ni buscar a los culpables. Culpables somos todos, porque los que nos mandaron a esta situación y los que no la remedian, los hemos escogido nosotros y eso es lo peor, ni siquiera podemos echarle la culpa a nadie más.
Lo que no es solución, es mandar a la gente con palos, bengalas y botellas de gasolina al Congreso. Eso sería entrar en la misma espiral que en Grecia y eso, está demostrado que arreglar no arregla nada. La solución es pedir cuentas, pero con nombre y apellidos y evitar que los responsables de estos desatinos terminen retirados a bien pagados puestos y con su jubilación asegurada. Así, denunciando estas cosas en los juzgados, incluidas denuncias a jueces y fiscales que no cumplan con su deber, es como se arreglarían las cosas; en la calle a palos no.
De esa medida de elevar la jubilación a los 67 (piensan en los 70) nada, ni pensarlo. Lo que no pueden hacer es prejubilar a gentes de bancos y sociedades afectas al régimen, para callar las protestas y después elevar la edad para los que no tienen ese “escudo” partidario.
Tampoco es de recibo que el principal partido de la oposición, el que debería estar colaborando, incluso con su presión, a salir del atolladero donde nos metió, se dedique a lanzar cortinas de humo para distraer al personal. Ayer fue el madinazo; hoy las primarias; mañana, cualquier cosa, todo para que el personal se distraiga de lo gordo, de esos parados de los que muchos han sido creados y criados por ellos.
Por estaos lares. Le han metido dos años y medio al torero por imprudencia, y ahora mismo un alcalde sevillano ha reconocido que condujo bebido el coche oficial del Ayuntamiento, al que por cierto se le debería pedir explicaciones de para qué necesita un coche oficial un alcalde de pueblo. A este le aplicarán otra vara de medir.
En Málaga. Por fin, se van a empezar las obras de la Iglesia del Santo Cristo. Ya era hora.
Lo más pintoresco; ahora IU se preocupa porque el Obispado ha certificado la desaparición del Cotolengo. Estos, que no han dado de comer ni a un pobre, ahora se acuerdan de esa iglesia a la que maltratan todos los días. Quieren que el Ayuntamiento medie con el Obispado. Muy bien, muy a tono y muy consecuente. Si esto lo hubiera pedido don Pedro M. Brenes, vale… pero a ese señor lo aburristeis.
Y por una vez, el señor Rodríguez ha dejado la demagogia, se ha parado a pensar, y ha acertado. Habla de que el diseño de los chiringuitos es cosa municipal, y por primera vez ha hecho notar que están en primerísima línea de playa, es decir donde a ningún ciudadano se le permite poner ni un ladrillo. Recordemos que aquí al lado, en Marbella, le echaron abajo una parte del chalet al señor Banderas… y estaba más lejos de la playa. ¿A quién hay que pedir cuentas por estos despropósitos? O, ¿realmente son despropósitos? No será que están muy a propósito… de algo. Me gustaría saberlo.
Una nota futbolera para los clubes españoles que aplaudieron cuando quitaron al Málaga de en medio. Les ha salido la jaca jaco.
Hasta mañana
Pepeprado

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