Se
muere todo el mundo, y cada día quedan menos referentes de aquel pasado que fue
intenso y variado. Ahora todo es corrupción y guarrerías.
Se
murió Sarita, que ante todo y así a bote pronto estaba como un cañón y para ser
más que nadie, siempre hizo lo que le dio la gana, lo que es valer mucho.
Se
murió doña Margarita Thatcher, una señora qué, se equivocara algunas veces o
no, siempre hizo lo que pensaba tenía que hacer. Esto que parece una perogrullada
no lo es. Los políticos actuales nunca hacen lo que piensan deberían hacer
(para el bien de su país), hacen lo que piensan les va a venir bien a ellos,
aunque signifique tragarse sus principios y cargarse al país. Por aferrarse al
poder, lo que haga falta. Por eso, aquí nos lleva haciendo falta una Margarita
de estas, desde hace décadas y dejarnos de joseluises, visires, marianos, arturitos,
griñanes y demás basura intelectual y moral. Descanse Mrs. Iron.
Y
hoy se ha muerto don José Luis Sampedro. De este ya hablaran las teles porque se
convirtió en ese tipo de profesores de los que a los progres gusta alardear mencionándolo,
pero del que nunca siguen sus consejos.
También
se ha muerto otra vez la vergüenza torera. El imputado se va a largar a Qatar con
todas las bendiciones. Hasta la federación pertinente ha dicho que haga lo que
quiera, así no se mojan. Seguro que en el paro hay unos pocos de entrenadores
cualificados buscando trabajo, pero esos no tienen padrinos.
Viendo
esto, el ex Gran Visir, don Alfredo, quiere que el Rey “tenga un estatus similar a los políticos”. ¡No, por Dios! ¡Que no
se parezca a ellos en nada! Si esta iba a ser la solución a la monarquía, mejor
lo dejamos como está.
Nos
venimos a esta tierra. En la Cortijá siguen intentando demostrar lo
indemostrable. A mí, lo único que me preocupa es la salud de la juez. Sí a esta
le da un yuyu o le pasa algo raro, se acaba el problema, así que debería
vigilar lo que come y lo que bebe.
Y
en esta bendita ciudad, el asunto de los chiringuitos, o mejor, los
bunkercitos, sigue dando que hablar. El alcalde ha tenido que poner paz entre
dos de sus concejales favoritos, el Mega concejal y la Mega estrella mediática,
por el asunto. Mientras, dando una muestra de su sencillez y su comprensión, el
arquitecto de estos engendros se ha mostrado así de pacificador con el
problema; “Enrique Martín: «Cuanto más me
critican más me están gustando los chiringuitos»”. Muy en la línea Mourinho,
que está haciendo escuela en esto de cabrear al personal. Por si este hombre no
se ha enterado, no se critica el proyecto en sí mismo, sino el emplazamiento.
Esos búnkeres, en la Muralla del Atlántico de Rommel habrían estado bien, pero
tapando la visión del mar en la Malagueta están fatal. Que se lo mire, y quizás
que alguien explique cómo este señor obtuvo el encargo.
Por
lo demás, los taxistas dicen que no quieren pagar a los conserjes de hotel; se
ha matado un hombre que a sus 82 años iba en moto, (desgraciadamente era algo
fácil de que le pasara); algo más lejos, en Mojácar, han prohibido jugar al
dominó en las terrazas. Otro gran avance social, y otra prohibición más de todo
lo que guste al pueblo. La cuestión es xoder.
Pongo
una foto de otro chiringuito, el que monta el Ayto. para los turistas. Después
nos asombramos de que en Europa crean que aun vamos todos por las calles
vestidos de toreros y flamencas. Vale.
Hasta
mañana
Pepeprado
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