Esta
vez ha habido suerte. Al sinvergüenza británico que intentó secuestrar a una
niña en Vélez, lo han detenido en Marruecos. La suerte no es que lo hayan
detenido sino que haya sido en Marruecos, porque si hubiera sido aquí, se
habría escapado con una regañina y punto, pero allí, como encima tiene otras actuaciones
de las suyas ya pendientes, se va a enterar de lo que vale un peine. Para
empezar lo van a poner fino filipino y no se va a poder sentar en meses.
Aquí,
en nuestro Código Venial, ese que pone en libertad a los rafitas y los
carcaños, le piden 30 años a un guarro que abusaba de dos nietas discapacitadas
de su novia (también la vista de la novia es como para ir al oftalmólogo), pero
al final con hacer un cursillo de danzas regionales y otro de euskera para borricos,
se escapará con uno o dos meses y podrá seguir haciendo de las suyas. Mejor lo mandábamos
a Marruecos o a Tailandia con alguna excusa y allí lo arreglaban.
Por
ahí fuera, en Brasil, demuestran que ya están hartos de eso de mucha samba y
poco trabalhar, y de los grandes fastos futboleros y gimnásticos que hacen que
la pasta se gaste en ponerle escenario a unos pocos privilegiados para que suban
su caché. Doña Vilma cada vez se está quedando más atrás que la otra Wilma, la
de los Picapiedra, que tenía más sentido práctico que esta. Y allí, la Roja (como
está ganado se llama así) tiene que jugar contra Tahití, que es un rival terrible,
tanto que puede dar un disgusto a estos millonarios de la patada. Veremos.
En
UK, el parto de la princesa Catalina va a ser en una suite de 7.000 euretes la noche.
A mí me da igual, pero me entra la risa con la que se liaría aquí si nuestra Casa
Real hiciera estos gastos. Los periódicos progres arderían de santa indignación.
Ya
aquí, la juez que no habla pero que actúa, ha hecho sonar su voz jurídica; “UGT y CCOO obtuvieron «financiación
irregular» de los ERE durante una década/ Alaya afirma que los sindicatos
imponían los pagos para facilitar los procesos de reestructuración”. Se
puede decir más alto, pero no más claro. Para que no se diga que es hablar por
hablar, da cifras y estimaciones, con nombre y apellidos. Ahora, que los
sindicalistas se rasguen las vestiduras y acusen a la juez de perseguirlos con
saña. Lo siguiente es que explicaran en qué se han gastado esa pasta,
seguramente lo único visible han sido en banderas y pancartas.
Tradicionalmente,
en estas tierras, se consideraba que lo mejor de lo mejor era que te tocara la Lotería
o acertar las quinielas, pero ahora parece que no, que, o eres sindicalista o
te metes en un partido político, ya que también el PP echa su cuarto a espadas,
o mejor a oros, ya que se estima que entre 1990 y 2011 le pagó a sus dirigentes
unos 22 millones, lo que no está nada mal. Especialmente, teniendo en cuenta
que muchos de ellos, cobran además del Estado por el terrible trabajo de “dirigirnos,
organizarnos y decirnos cuanto tenemos que pagar”. Pobre gente, sólo 22
millones.
Con
esto ya hay bastante por hoy. Con estas cosas, pierdo el oremus.
Hasta mañana
Pepeprado
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