¿Qué hacemos ahora?
Dejemos
aparte el cognazo que están dando todos los iluminados en todas las emisoras de
radio, televisión y similares, escrutando, desmenuzando, criticando,
apologizando, escudriñando, mirando, computando, escarbando, y olfateando el
discurso de don Felipe VI.
Tan
previsible como el propio discurso, son las interpretaciones de los gurús que
salen en los medios. Cada cual arrima el ascua a su sardina ideológica y cada
cual es capaz de sacar interpretaciones diferentes hasta del saludo inicial. Y
se quedan tan panchos.
Cómo
ya los mundiales están muertos a escala
nacional, nos tenemos que contentar con qué don Luís Suárez, por aquello
del hispánico nombre, fuera el que calló a la Pérfida Albión, y cosas similares.
Mientras nuestra selección pena y cada cual hace sus testamento con vistas al
futuro, la people de a pie, se centra en la reaparición, con revolcón incluido,
de don José Tomás, el torero con aires de Guadiana vital. Algo hay que hacer
para poder discutir.
En
esa búsqueda de los minutos de gloria de Warhol, el antes ultra derechista señor
Verstrynge, ahora reconvertido en ultra izquierdista ultramontano, se apuntó a
una concentración ilegal pararrepublicana y ultra revolucionaria, aunque no
multitudinaria (asistieron unos cien más o menos), ayer, consiguió el súmmum de la perfección. Consiguió
no solo que lo detuvieran, sino qué, además, fotografiaran la detención y naturalmente,
estar en las páginas de los papeles públicos. Es feliz el papá de Sigfrido y
Eric, qué, (aquí está el peligro) es “profesor
de la Complutense”, nada menos que de Ciencias Políticas. Así nos salen
después los licenciados.
Lo
dejamos. En la Cortijá, ahora que doña Susana ha vuelto de los fastos, afilan
los cuchillos con vistas a las próximas elecciones semi-internas. No es buena
enemiga la Jefa, y me parece que don Eduardo lo va a tener crudo, por mucho que
los presuntos líderes del tardo zapaterísmo lo amadrinen. Este, que tampoco se
le ve muy aguerrido, ya mismo se está replegando a la segunda fila, que es donde
se cobra sin dar un golpe y sin riesgos.
En
Málaga, asuntos de tráfico. Han detenido a una ¿señora? que agredió a un fulanito
con el que estaba en una terraza, huyó en coche con su hija de 5 años, y todo
con una papa de cuidado, que es la forma coloquial de decir, ebria y con límites
de alcoholemia inaceptables. A mí, el altercado, con botellazo incluido, mientras
sean sólo los contendientes los que se aporreen, me da igual, pero poner en
peligro a una niña, es harina de otro costal. Deben hacer algo para cortar
estas cosas.
En
cambio, también de tráfico, le aplican todo el peso de la ley a una señora que
cometió el imperdonable delito de… “parar en doble fila” para dejar a una anciana.
Sería curioso saber qué clase de cursillo dan a los agentes y cuáles son las
prioridades que les marcan para eso de ayudar a la gente. Por lo visto, aplicar
el sentido común no viene en el cuestionario.
Entre
las cosas importantes he visto una entrevista a un “experto” para hablar de la “burbuja del Gin Tonic”. Apasionante que
esto dé para una entrevista. Es imposible más tontería en menos asunto.
Pongo
una foto de la plaza hoy, donde se ve la cantidad de banderas españolas que se
han puesto en estas fechas.
Me
voy. Tengo que pensar profundamente en este problema; “Antonio y Melanie: ¿quién se queda con los perros?” Tema profundo
donde los haya.
Hasta
mañana
Pepeprado
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