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jueves, 27 de diciembre de 2007

Un día casi normal

Hoy ni es fiesta, ni pre-fiesta, ni post-fiesta, es decir: es un día normal dentro de un momento normal y eso se ve en la calle. Hay tranquilidad, y como ha llovido pero ya no llueve, todo el mundo feliz.

En esto de la lluvia tengo una novedad; he escuchado en la radio que los pantanos han subido algo. La novedad consiste, no en que hayan subido, sino en que lo hayan reconocido públicamente, porque con esto de la pluviometría pasa que solo te dan noticias cuando son malas, por ejemplo, cuando te anuncian el fin del mundo por sequía; aunque para equiparar eso, también te dicen todos los días que se derriten los polos, entonces creo que significa que hay más agua…, pero, no. En fin un lío en el que solo está claro que venden más las malas noticias.

El resto de las cosas, normal; el tren de Doña Maleni llega tarde, no sale agua de los grifos, y no le funcionan las señales, pero ella tan feliz con su collar; lo dicho normal… aunque ¿es normal que los próceres de la nación reciban y acepten regalos personales por su gestión pública? No creo.

Las grandes superficies venden; los pequeños comerciantes, no; en las grandes superficies se puede aparcar, en las calles, no; todas estas cosas joroban a la ciudad, pero es el progreso y parece que eso no hay quien lo pare.

En el ambiente nacional, la consejera vasca equipara muertos según su particular punto de vista; las carreteras siguen dejando victimas y el Sr. Director General de Tráfico ajustando las estadísticas también según su particular punto de vista.

Repito, un día normal, que yo veo también desde mi particular punto de vista; tengo derecho a hacerlo, visto lo visto.

Pepeprado

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