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sábado, 15 de marzo de 2008

El sábado antes de Semana Santa

No es simplemente una forma de expresar un día en particular; es la fórmula para mantener el éxito de una convocatoria.

Desde hace tantos años que es mejor no hacer las cuentas, desde que salimos del colegio de San Agustín y nos dispersamos para buscarnos la vida, cada cual como pudiera, los compañeros y, a pesar de eso amigos, de lo que llamamos la Generación del ±48 decidimos reunirnos una vez al año para saber los unos de los otros. Esa convocatoria, desprovista de obligación, sin ataduras y sin compromisos se ha ido manteniendo a lo largo de décadas. Estoy convencido de que, unido al buen hacer y la persistencia en la búsqueda de datos y teléfonos de algunos como Antonio Narvaez, Paco Ramos o Pepe Luis de los Ríos, la forma de “localizar” la convocatoria no uniéndola a una fecha determinada sino a un momento previsible es lo que ha ayudado a este perdurar.

Por eso hoy, más viejos todos, más gorditos algunos, menos ligones casi todos, nos veremos otra vez, nos contaremos batallitas y lo pasaremos bien. Pasa el tiempo, pasan cosas, pasan personas y poco a poco te vas desprendiendo de cosas que realmente no te hacían falta, pero la oportunidad de estar con amigos de los de siempre, los que te conocen y saben de tus debilidades y les da igual, es una de las cosas que mantienes con gusto. Por eso, me voy de cuchipanda “con los míos”… y no me importan las malas noticias que nos traen los periódicos y las radios ni las horteradas que nos ofrecen las televisiones.

El lunes será otro día.

Pepeprado

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