Inútil, es totalmente inútil hablar con Telefónica. Llevo tres días sin teléfono, instalado en la nada absoluta; cuando llamé la primera vez para dar el aviso, lo único que hicieron fue dejarme sin Internet a los diez minutos; creo que fue un castigo bíblico por protestar, y ahí sigo, en unos días de pasión anticipada para ir haciéndome el cuerpo. Quizás están pensando en devolverme el servicio para San José, como regalo por mi santo.
Creo que he hablado con casi todo el continente americano; todas las operadoras son extremadamente amables, te dan una coba espectacular, pero la compañía no te arregla nada. Desesperación, pena negra y mayores dividendos, esa es la política de empresa.
Lo dejo, porque es deprimente escribir para guardar lo escrito. En el momento que vuelvan a funcionar los aparatos de hacer ruido, volveré a escribir para ver como sigue la vida. Mientras buscaré a un buen samaritano “publicador” que tenga los medios técnicos para colgar lo guardado
Pepeprado
Lo encontré. Aquí está.
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