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martes, 27 de mayo de 2008

La Locura

Estamos en un momento de locos. No solo aquí, en todos los lugares del mundo. A veces me parece que me paso de raro, pero no me importa reconocer que me importa tres leches saber si hay agua en Marte o si han subido las compras on line. Me parece absurdo la que se ha liado porque un cocinero ha dicho en voz alta lo que pensamos muchos, que en la llamada nueva cocina hay mucho camelo y que, digan lo que digan los mercachifles de los laboratorios del comer, un par de huevos fritos con patatas siguen siendo algo muy importante. También soy raro porque digo que me extraña bastante que el presidente del gobierno se vista de luto y dedique casi tres horas a la familia de la pobre niña cuando a otros/as muertos/as no les hace ni caso. Sobretodo porque en realidad el presidente y su silente ministro de la inJusticia no piensa hacer nada, ya que en la política de aquí nadie -repito nadie, ni izquierda ni derecha- quiere “parecer” duro ni retrogrado y mandar al talego para siempre a los malos. Aquí lo importante es parecer “moderno y progre”, ser “comprensivo y reinsertador”, porqué así se sale más en la tele. La locura también está –en tono menor- en que aunque todos reconozcamos que lo del Chiki leches fue un desatino y una horterada, resulte que se convierte en líder de audiencia del país. También sorprende que todo quisque importante y oficialmente culto y cultivado diga que las películas españolas son la reserva espiritual de occidente y oriente, pero que a la hora de la verdad la que arrase sea Indiana Jones, una película y personaje de más de treinta años. Hablando de esto, se ha muerto Sydney Pollack, un director de los que hacían películas que además de buenas, daba gusto verlas y siempre sin necesidad de despotricar ni poner como un trapo a nadie, si siquiera a su propio país como algunos. Es otra pérdida para el cine como arte, y nos deja algo más solos.

Mientras pasan estas cosas de llegar a Marte y cosas así, otros problemillas tales como lo de engordar desaforadamente, quedarse calvos o conseguir que lo de las medusas se autorregulen, esos sí que parecen insolubles o ¿es que nadie se pone a la labor porque no conviene solucionarlos? Quizás es porque los beneficios que originan la solución “temporal” de estos problemas son espectaculares y no vaya a ser que si se investigan y solucionan se pierda una pasta importante.

Bueno, mejor dejar de pensar, porque esto de pensar siempre trae malos pensamientos y además te hace ser o parecer sospechoso para los que mandan y dirigen.

En las noticias cercanas;Sólo 4 de los 2.600 edificios del Centro obligados a revisión la ha pasado y apenas quedan 6 mesesEstupendo, a ver si ahora al mirar los edificios también miramos las calles, porque comparándolas con la Vía Apia que se les ha estropeado los romanos a los muchos siglos, algunas de las de aquí se estropean con solo mirarlas ver por ejemplo los suelos de Méndez Núñez, o de los Mártires, donde los “buquetes, bujeros y butrancos” son de calidad extra. Pero mientras esperamos este santo advenimiento, un vistazo a este recorte. Si hablamos de cosas locas, esta no tiene desperdicio.

Hasta mañana. Pepeprado

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