
Lo dije ayer, los sábados son más tranquilos, toca pensar y sobretodo recapacitar, sobre algo más de largo alcance que las mentiras diarias de la prensa dócil. Este sábado, aparte de insertar la foto pertinente de los preparativos de la declarada Noche en Blanco y aclarar que ayer –por fin- me enteré de cuando son las cruces de mayo de las cofradías de calle Alcazabilla, el 31 de mayo, a las que habrá que ir a tomarse algo, hablaré de lo que me propuse ayer; mi Catedral.
Lo primero, la cursilada esa de llamarla “
Pero lo importante, la discusión bizantina, de esas que gustan tanto, la de si hay que terminar la segunda torre (y la cubierta, no la olvidemos) o no. Esta pregunta la llegué a oír también al ser planteada en una clase universitaria a la que yo asistí y aquí si que estaba bien el hecho de formularla, era un sitio adecuado. Lanzada la pregunta por la profesora Estrella Arcos (profe y a pesar de ello amiga), se lió la que se lía siempre; opiniones para todos los gustos, pero casi siempre más salidas del corazón y sobretodo de la “costumbre” de haber escuchado las falsas tradiciones sobre ella, que de un pensamiento razonado. Yo estuve calladito que es lo que acostumbro a hacer cuando todos hablan a la vez, pero digo ahora lo que pensaba y pienso. Lo de las tradiciones "dinero para
Por tanto, y pasando la pregunta a un ámbito más domestico y botijero, la podríamos plantear así a los ciudadanos; Si a Vd. se le hubiera acabado las pasta al construirse el chalecito en la costa a la mitad de la obra y se hubiera dejado la cocina y el baño a medio hacer, cuando consiguiera más pasta, ¿habría dejado la cocina y el baño sin terminar, porque “estas acostumbrados a verlo así”, “porque es una tradición”, porque los que vengan a tu casa “no la reconocerían”, o porque “entonces tu baño y cocina iban a ser como todos"?. Dejo la respuesta a cada uno.
Creo que está claro, que cuando acercamos los problemas se ven de otra forma.
No me valen las teorías de la noble ruina, del respeto a los signos de identidad, etc… la catedral, -para mí, los demás que piensen lo que les de la gana- es no una ruina, o una obra dañada, es una obra sin terminar, y a mí me enseñó Don José, mi papá, que “lo que se empieza hay que terminarlo, si no, no lo empieces”. Y creo que don José tenía razón. Por tanto creo que hay que terminarla. Sobretodo porque hay que tener en cuenta, que “cosillas” que la han afectado, haberlas, haylas. Cuando ese siglo XX que ahora ya parece lejano, pero que fué antesdeayer, empezaba, se derribaron casa adosadas; más tarde se terminaron de derribar las casas restantes (de esto le podemos preguntar a mis amigos Paco y José Maria, testigos directos y afectados), dando espacio a la calle Cañón y haciendo los jardincillos posteriores; entre 1967-68 se hizo (arq. E, Atienza) el pequeño pabellón de sillería que ahora es el Taller-Escuela de Restauración.
Por tanto, ni se ha dejado de actuar en ella, ni se la ha dejado “quieta” (menos mal, si se la hubiera dejado estaría ruinosa) ni creo que haya por que dejarla a medias. Como nota curiosa, la otra Inconclusa que conozco, la de Zamora en México, si la están terminando. Los mejicanos son mas despabilados.
N.B.- Para saber más –aparte de comprarte un viejo- viene bien un vistazo a
Hasta mañana, no, es domingo y habrá que descansar después del
Pepeprado
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