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lunes, 19 de julio de 2010

Tras dejar Málaga

Lo previsto, ayer 18 de julio no tuve oportunidad de escribir, entre otras sosas porque cuando tuve tiempo, como estoy con el portátil pequeño y era de tarde, por tanto oscuro, no veía un pijo del teclado. Son las servidumbres del tiempo (del que hace que nací).
No creo que tenga importancia, porque dada la fecha, el resto del país, seguro que se fue a la playa a comerse la sandia tradicional. El día anterior, estuvieron en la plaza, cantando canciones marciales, los remanentes de otros tiempos, y desde luego, si estos son los que tienen asustados a la izquierda en el poder, pueden estar tranquilos. Eran ocho o diez y, como en la sevillana vieja, “ya cargados de años”. Así, que si este es el peligro, es que la cosa no es por ellos, a lo mejor lo que no deja dormir a algunos, es eso que se llama, “mala conciencia”.
A lo mío. Se me hizo extraño salir de Málaga en barco y verla desde esa perspectiva. Saqué fotos que ya, cuando vuelva, intentaré organizar, y durante todo el día disfrutamos de un día magnifico dedicados a eso tan renacentista del dolce far niente, lo que traducido al román paladino, significa a no pegar clavo.
Esta mañana, visita a Casablanca, para cumplir el trámite cultural, pero que desde mi punto de vista, es perfectamente olvidable y posible de obviar. Quién no la haya visto, se puede quedar tranquilo, no hace falta que venga. Sólo la Mezquita de Hassan II es algo digno de verse, (y comentarse..., pero no ahora). Es algo impresionante en el lujo, y en un lugar privilegiado. Ya hablaremos más adelante.
Por ahora lo dejo, intentaré ver cómo cuelgo esto, porque aunque en el barco hay wifi (de pago, naturalmente) me han dicho que al ser vía satélite no es muy estable. Juro que lo intentaré.
Hasta mañana, desde Agadir, o al menos eso espero.
Pepeprado

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