Ya en Aquí

 Eso, ya aquí, y con el ordenata guay, el que “casi” siempre hace lo que yo quiero que haga. El viaje acabó, y acabó bien, como se esperaba y como tiene que ser. La única sombra que hemos tenido ha sido a causa de que la tele española, cuando la veíamos, nos ha tenido preocupadísimos. No ha sido por la visita de doña Anguelita, ni por los recortes, ni siquiera por las aventuras y despelotes de la concejala montaraz, sino porque… nos hemos enterado que Cristiano Ronaldo está triste. ¡Dios!, ¡que noticia! Esto nos ha servido de preocupación, porque a mi parienta y especialmente a mí, las aventuras y desventuras de este chico, rey del look poligonero, y marqués de la horterada, nos parece que nunca sabe de verdad qué es realmente la vida. 
Lo que sí me ha preocupado, y ahora lo digo completamente en serio, es que esos que se llaman periodistas deportivos, le hayan dedicado la cantidad de minutos y espacio a esta chorrada. A estas cosas no habría ni que apuntarlas en el bloc de notas, cuanto más que en la tele Internacional de España se le dediquen minutos es algo como para preocuparse de verdad.

Hoy voy a seguir siendo cortito, porque hay muchas cosillas atrasadas e incluso las fotos del viaje hay que organizarlas, así que prácticamente hay que ponerse al loro.

En fin, tengo que organizarme y ya mañana intentaré ponerle un colofón al viaje.

De las fotos, en una ya aparece el puerto de Vigo, donde llegamos muy, muy temprano y donde nos parecía que podía hacer algo de fresquito, especialmente vista la niebla que había en el momento del desembarque y que se ve en la otra foto, aunque al final, calor, como en toda España.

Después no me he podido resistir; mi colección de carteles y placas conmemorativas se ha enriquedido con esta placa… a los viajante y representantes comerciales. Me ha parecido enternecedora y muy merecida. Me recordó a Saza en la película de Berlanga cuando hablaba del “honrado viajante con su adecuada pequeña comisión…”.

Para dar también una nota más cultural, una foto de la Concatedral de Vigo, con una planta basilical de las de libro y una paz que ya quisiéramos para todo.

Lo dejo, hay que ponerse al día.

Hasta mañana.

Pepeprado