Dicen que hoy es el fin del mundo. Lo más gracioso del
asunto es que muchos de los que dicen esto, te echan a la cara el argumento de
qué “es cosa de los mayas”, cuando en
su puñetera vida han hecho ningún caso ni a los mayas ni a la madre que los parió.
Gente que en ningún momento ha mirado a esa cultura y que las más de las veces ni
sabe de qué está hablando, te argumentan con este respaldo, y se quedan tan frescos.
¡Vamos ya! Seguro que si los cherokee de los USA o los mursi de Etiopia han pronosticado algo raro (un cataclismo
termonuclear por ejemplo), todas las teles se ponen al loro de darnos la vara
con ello y a vendernos refugios antiatómicos.
Todo está condicionado por el mercantilismo y la ambición,
bien sea la ambición del puritito dinero o de simplemente la de notoriedad y
salir en la tele en alguna de esas tertulias cutres.
A raíz de la matanza en el colegio yanqui, ahora hay de
todo por doquier.
Los súbditos de don Obama andan liados con soluciones
cada vez más peregrinas. Por un lado dicen que han aumentado las ventas de mochilas
antibalas, cosa que yo, honradamente reconozco, ni sabía existían. Esto de que
al ciudadanillo se le carguen las espaldas con el artefacto defensivo me parece
que es para que se lo hagan mirar. Aquí ya estarían protestando los defensores
de los menores, las Apas y demás creaciones en defensa del güenismo
parainfantil, estudiando si el peso de la mochila incide en el desgaste de los
meniscos del nene o si el material del que están hechas les produce picores subcutáneos.
Eso sí, los chinos ya estarán fabricando mochilas de esas a mogollón para venderlas
a 3 o 4 euros.
Pero lo peor no es eso. Lo peor es que se están planteando
armar a los docentes. Dejando aparte la idea personal de que no me puedo
imaginar a mi Maru colgándose dos Colts del 45 para irse a dar clase (menos mal
que ya no va), esto de que las clases se conviertan en algo parecido a esas pelis
del Oeste, donde imperaba la ley del más rápido, es de locos. Trae esto además un
peligro añadido; que las veces que actualmente el docente suspira pensando en que
desaparecieran algunos de los alumnos, hasta ahora lo hace mentalmente, pero con
un pistolón a mano, lo mismo en un día de pérdida de nervios, alguno desenfundaría
y se quedaba en la gloria. Ni te cuento lo que podía pasar al recibir a algunas
mamás o papás, de esos que todo lo saben y que van a las escuelas a impartir
sus conocimientos y a imponer sus leyes (aunque no tengan ni la más mínima formación)
si en ese momento en que los progenitores están desvariando más de la cuenta,
los docentes, como diría un clásico de novelas de cow boys, “notara el reconfortante placer de sentir el tacto de la culata de4 su 45”… ¡Ay,
mamá…!
Bueno todo esto es en USA, aquí, hasta ahora, solo estamos
despotricando contra las armas, y dedicando horas de pantalla a demonizar a
todo el que tenga un tirachinas, pero como de lo malo todo se pega, ya mismo
andaremos “tomando medidas”. Al tiempo.
En nuestras cercanías una novedad. La Junta de don Griñán
ahora tiene un nuevo método de asedio a esta ciudad. En vez de decir a todo que
no, simplemente exige chorradas imposibles; quiere que el metro deje de ser subterráneo
para que pase por la Alameda a cielo abierto. Si les dicen que sí, a continuación
dirán que exigen que pase por medio de la Catedral. Son así, de “todos” los andaluces.
Hasta mañana.
Pepeprado
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