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viernes, 26 de julio de 2013

La importancia del apellido

En otros tiempos, la importancia del apellido venía por los pretendidos blasones que pudiera exhibir, pero últimamente algunos apellidos se hacen tristemente famosos por sí solos. La casi concordancia Bárcenas-Barcina ya es rarilla, pero es que ahora, en la tragedia de Galicia, resulta que el conductor que ocasionó la tragedia se apellida… Garzón. Nada más y nada menos. Ahí lo dejo.
Y de garzones a griñanes. La Jueza Imperturbable ya tiene la declaración del Interventor, ese que avisaba a cada momento que aquello estaba mal. Ahora tiene el problemón de seguir, o dárselo al TS con lo que todo acabará en nada, porque ya se sabe que este tribunal es muy “comprensivo”, especialmente últimamente, cuando todos los que tenían padrino han sido “perdonados” esgrimiendo algunos argumentos estupendos. La realidad es que sólo la princesa mallorquina ha ido al talego, pero, claro, esta es de Unión Mallorquina, o sea que en Madrid, en la Pomada manda menos que un cabo de la cruz Roja. Ya veremos que hace la señora juez, como siempre hará lo jurídicamente mejor y, por supuesto, lo más honrado y justo. Después, lo que venga detrás ya serán otros lópez.
Hablando de los datos de la EPA, esos que dicen que el paro bajó en doscientas y pico mil personas, ayer escuché hablar de un estudio de alguien entendido en el tema, del que desgraciadamente no me quedé con el nombre, que hablaba de que de los que han encontrado currelo, la gran mayoría, unos ciento setenta y pico  mil, son extranjeros (un 80% más o menos). Daba datos muy precisos, y me ha dado que pensar en el porqué. ¿Son más asequibles?, ¿ponen menos reparos a trabajar?, ¿están mejor dispuestos a cualquier trabajo? No sé, esto habría que estudiarlo fríamente, aunque da la impresión de puede que aquí estemos más reacios a ciertos currelos, y también, por qué no decirlo, haya algunos que prefieran una subvención o una prestación sin tener que fichar todas las mañanas. Pensemos en ello, pero fríamente, sin tirarnos trastos a la cara.
Hoy, me acabo de enterar, se celebra el Día de los Abuelos. Mira que bien, y yo, como siempre en la inopia. Por eso, por ser nuestro día, algunos estudiosos lo único que resaltan es esto; “Los abuelos confiesan ser más permisivos con sus nietos”. ¿Y qué? Faltaría más que después de tener que ponerse serio con los hijos ahora tuviéramos que ejercer de encarijotados con la siguiente generación. Además, para que los estudiosos se queden  tranquilos, confesar ser más permisivos no significa que aceptemos que fumen porros ni que conduzcan motos a 200 km/h. Esas cosas las hacen esos que se acostumbraban a llamar “padres no, amigos de sus hijos”.  Los que hemos ejercido de padres responsables, también sabemos ser abuelos responsables. Esto, sin llamar la atención a que los abuelos de esta generación nos hemos convertido en la reserva espiritual de Occidente para muchos jóvenes y jóvenas, que dirían los progres, que están atropellados por esta sociedad.
Hablando de atropellos. El Gobierno ha subido la multa por conducir turuta; ahora mil euretes del ala. Esto para los futbolistas que conducen coches que les han regalado sigue siendo una bicoca, pero para los mortales de a pie va a doler.
Me voy, pero antes, ya se ha descubierto cual va a ser la próxima víctima del portugués cabreado; “Mourinho: «Torres debería estar feliz porque ahora tenemos tres delanteros»”. Al Niño le quedan tres telediarios en UK.
Hasta mañana
Pepeprado

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