Aparte de los que reparte el Ministerio de las Leyes del señor Bermejo, en el que por ejemplo está misma mañana se ha sabido que han “premiado” a un conductor en Bilbao (creo que era ahí, no he pillado el lugar exacto, pero era por ahí, en el paraíso del Dalaikari), que iba a toda leche, mamado, que atropelló a dos menores, matando a uno, con una pavorosa pena de 12 meses sin carné. Esto es además, una más de las diferentes varas de medir de nuestros aplicadores de leyes, ya que, a un amigo mío, que no mató a nadie, que no estuvo involucrado en ningún accidente, que no causó ningún daño y al que pusieron a inflar el globito, sólo porque se durmió en un semáforo -estando parado- al volver a su casa -de trabajar-, a las tantas de la madrugada, pero que dio positivo, repito, a este le han cascado, de forma fulminante, al día siguiente de los hechos, 18 meses sin carné, tres meses de multa a 12 euros diarios y tres meses de “servicio a la comunidad”, todo esto si no lo implican en las muertes de Manolete y JFK. No es que no haya que multarlo, en eso de acuerdo, pero entre ese drástico y tajante castigo y el laxo de Bilbao, hay un par de víctimas de diferencia y creo que habría que tener eso en cuenta. Pero, claro, mi amigo Pepe no es ni de Bilbao ni del Tibet, y eso marca.
Pero eso, dejando aparte estos “regalos” justicieros, lo llamativo es la cantidad de premios que hay.
Cada día en los periódicos, la radio y
En esto, los del cine se llevan la palma; casi cada semana se reúnen en algún acto (pagado) para darse palmadas en la espalda y ponerse estupendos por lo bien que lo hacen y lo resultones que son, naturalmente en privado, solo es público el pago de los eventos. Aunque después, resulta chocante que unas películas tan laureadas, y unos actores tan prominentes una vez pasados los ardores de las celebraciones, no consigan vender ni una película a nadie que no sea un estamento oficial afín.
Echo de menos premios en los que se premie al minero que más horas echa en la mina, al camarero de chiringuito que más noches trabaje al mes, al fontanero que más metro de tubería haya instalado y ¿por qué no?, al informático de cabecera que más ordenadores haya “descolgado” al mes (¡¡va por Vd. don Alberto!!). Pero, esos son unos pringaos, esos “sólo curran” y eso no da lustre.
Hasta mañana. Pepeprado
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