Las Gilitontadas

Tal y como anda el mundo, el que haya gente que se dedica a hacer el gili de forma tan intensiva es algo que no deja de sorprenderme; “Un alemán bate el récord del mundo patinando 24 horas hacia atrás” A la batalla para hacer la tortilla más grande o la paella con mas chorizo del mundo se une ahora esta gilitontéz total. Ni siquiera he querido leer la noticia, porque hasta eso me parece un atentado a las neuronas de cada cual. El fulanito este, seguro que ha invertido tiempo y pasta, además de haber convencido a gente para estar pendientes de él, en conseguir esa “hazaña” con la que el mundo se va a ver gratificado y mejorado. Si a todos los gilipichis estos que se dedican a plantearse records de esta jaez, los ponemos a currar, seguro que descendería el promedio de imbéciles por metro cuadrado.

Dentro de esta tónica, caen, como vulgarmente se dice, “a huevo”, las declaraciones de esta preclara pensadora de nuestros medios; “Silvia Jato: «Antes los espectadores eran más manipulables»”, cosa que además parece que dice con una cierta pena. Esta presentadora de concursos para tontos, fichada por el gobierno, para la Cuatro, llega incluso a definir como algo que presta dificultad a su innegable labor didáctica, “que ahora el público puede elegir cadena”. Vale, nena, sigue así. Con estas cosas no nos podemos quejar de lo que se ve en la calle día a día.

Por otro lado, siguen los alardes de creatividad en la forma de hacer el bestia; “Detenido el brasileño que mató con un ladrillo a su pareja”. Es emocionante que hayamos importado tal cantidad de creadores de tendencia foráneos, para diversificar nuestras tradicionales formas de aporrear al prójimo. Lo que sí parece es que aquí, nadie pregunta en la puerta de entrada a los que vienen, porque cuando pasan estas cosas y se les mira con una mínima atención su historial, se descubre que estos matadores importados, ya tenían en sus países de origen unos historiales dignos de cualquier serie negra de televisión. Lo que pasa que aquí como somos más buenos que la leche, dejamos entrar a todos. La gente honrada que viene aquí para trabajar y buscarse la vida, bienvenida sea; a los que vienen a esconderse de sus países porque allí ya han llenado su cupo de barbaridades, creo que habría que ponerles “algunos” inconvenientes, antes de que terminen siendo los alcaldes de los pueblos.

En Málaga, la feria sigue su discurrir con mayor o menor fortuna. Frente a aquella feria del Centro, surgida de la desesperación de unos comerciantes que estaban en las últimas, y que después, cuando tuvo éxito, se apropiaron los políticos, ha quedado en el Centro, también gracias a los políticos (y a Una Señora Política, así personalizada) en este remedo de botellón centralizado en la que lo único que se hace es dar rienda suelta a pandas y bandas de asilvestrados que se sienten con derecho a dar voces, emborracharse y enguarrinar la ciudad. Algún día y si alguien me lo pregunta, hablaré de las actitudes de algunos alcaldes y concejales de los primeros momentos y de sus “ayudas” al proyecto, así como de su “evolución” para colgarse la medalla, cuando la cosa ya estaba hecha.

Mientras, este problema; “Málaga roza el nivel crítico en reservas de agua en la semana de más consumo” A esto es a lo que habría que prestar algo de atención, e intentar que, entre otras cosas, la ciudad deje de oler como huele. Como ejemplo manifiesto de este “aroma” no precisamente a flores, no hay más que darse un paseo por calle Carreterías. Esta es una de las razones, el olor de Carreterías, por los que me dan tanta risa los pregones semanasanteros o feriales, que hablan del olor de los azahares, jazmines y naranjos. La verdad es que si conseguimos oler a pescado frito, es lo mejor que podremos encontrar, nos tendremos que contentar.

Mientras; ¡Viva la Feria!. Es lo que se pide que digamos y dicho está.

Hasta mañana. Pepeprado