Las nuevas “profesiones”

Mientras rumiaba esta cosa que yo escribo, a la que todavía le encuentro un nombre lo bastante cercano para definirla, he escuchado que al señor Anasagasti lo ha fichado una cadena de televisión como tertuliano, que es una cosa que ahora se dice mucho. En los comentarios a este fichaje, se destaca que es un hábil polemista, cosa que creo que antes se le decía de otras maneras menos elegantes. Con esto, se están definiendo dos de estas nuevas profesiones, tertuliano y polemista, que son de fácil acceso, sin números clausus y sin necesidad de una intensa preparación previa. La única titulación pedida es algún encame, bien sea físico o bien sea moral, que este encame, lo sea de forma escandalosa y que sea público y notorio. Algunos mozos y mozas que no llegan a cierto niveles, el simple revolcón puntual y generalmente transitorio con algún pelotero, torero o cosa parecida, les vale. A otros que tiran más alto, el revolcón es de tipo intelectual, les valen paridas mentales e insultos in-interruptus para conseguirlo. Hago la salvedad de que en la primera acepción, la del acceso “por lo carnal”, la que se está mostrando como una hábil innovadora, es doña Maruja Díaz, que a su edad, aprovecha cada muerto ilustre para pasárselo por sus castigadas entrepiernas en algún programa de los de desecho de tienta y defectuosos; primero fue don Severo Ochoa, ahora ha sido don Paul Newman, el próximo… ¿Stephen Hawkings, cuando palme la criatura? Los que acceden por lo presuntamente intelectual tienen su caché incrementado, si presentan una ejecutoria de luchadores frente a todo y sufridores de la oprobiosa presión centralista y aplastamiento por los poderes fácticos de Madrid; en esto un claro ejemplo es una exdiputada catalana que circula por las tertulias como si tal cosa, después de haberse erigido unos años en defensora de la fe personal de unos pocos. Se retiró y se dedicó a hacer caja, que es más efectivo y rápido siendo además menos peligroso, ya que algún día tu partido te puede pedir que seas alcalde y eso es peligrosísimo. En todo esto, admito el uso de las tertulias para pagar favores a los retirados fieles, no es caso de dejarlos en el desamparo, siempre hay una tele amiga, bien con cargo a presupuestos oficiales, o bien “afín” y agradecida por los favores recibidos, ¿Será esto lo de don Anasagasti?. Esto me produce cierta pena, y recordando a quién da nombre a esas cosas, y al que creo que no habría gustado ese uso infame de su nombre, don Quinto Séptimo Florente Tertullianus, (tiene su aquél, llamarse a la vez, quinto y séptimo, suena a padres que no llevaban las mismas cuentas de sus niños habidos), Tertuliano para los amigos, que quizás pensando en ese su futuro, nuestra actualidad dijo aquello de “Credo quia absurdum” lo que traducido es “Lo creo porque es absurdo". Lo clavó.

Entretanto, ellos a los suyo; “PSOE y PP se descalifican a tres días de discutir un pacto contra la crisis” El gobierno da unos presupuestos restrictivos, como tiene que ser, pero aprovecha los restos de saldo para mejorar a los amiguetes, a los infatigables. Lo único que mejora es la subvención al cine. Es bueno que nos demuestren que son agradecidos, lo que es inaguantable es que después salgan los presuntos directores y artistas en plan víctima.

Incursa en esa politica de ahorrar, la SS ya está apretando las tuercas a los enfermos; “Una empresa despide a una trabajadora que está en coma por faltar al trabajo” Parece que estar en coma no es bastante para estar de baja. En Málaga parece que ha habido que llamar a los médicos de la reserva para estar al día, lo único que parece no tener problemas es el cambio de sexo, eso sigue viento en popa (no sé si me gusta el símil, ha salido solo, lo pensaré mañana, como Escarlata O’Hara). Aceptamos que nos manden aspirantes a cambiarse los bajos desde cualquier lado de este antiguo país. Los que tienen problemas de salud tradicionales, como de cáncer, respiratorios, u obesidad mórbida, tiene que esperar, para todo no hay.

Como no estoy todavía fino (de salud), lo voy a dejar, lo de pensar en el señor de la ensaimada me ha dejado agotado.

Hasta mañana.

Pepeprado