No hay más remedio

Mal que me pese, de cuando en cuando, hay que echarle un vistazo a las noticias, más que nada, para que no te atropelle el tren de la “modernidad” y te encuentres un día con que tienes que pagar un impuesto por salir a la calle o sacarte un carnet obligatorio de afiliado a algo para lo que haya, naturalmente, que pagar previamente.

Lo xodido del asunto es que cuando lees las noticias hay veces que te dan ganas de buscar el pasaporte y poner tierra por medio.

Te dicen que por ahí fuera, la gente que piensa y estudia de esto, pone a España cómo el cuarto país con mayor déficit público en el 2009. Dicen que en economía estamos al nivel de Haití (¿será por solidaridad?) o al menos así lo equipara el FMI en su informe (pág.60), pero esto parece no preocuparle a nadie ni echa sindicatos a la calle: Lo importante es el; “Salvemos a Willy” y ya sabemos cual es el Willi nacional a salvar.

Dentro del país, el ministro de los miles de cargos de confianza, parece que aspira al puesto vacante de la madre Teresa de Calcuta y se niega a endurecer la Ley del menor. Faltaría más. Lo siguiente será que ya que la Junta de Andalucía regala ordenadores a los infantes, su ministerio les regale Kalashnikovs para evitarles invertir y usar medios propios para cargarse a la gente.

Dentro de ese “buenísmo” institucional, a la ciudadanilla del velo, se le han dado todos los beneficios y todo lo que ha querido hasta ahora. A las gilipuertas que se velaron en solidaridad las harán socias de algún club social iraní para que vayan a bailar gratis o un puesto en algún harén privado del Medio Oriente. Por si alguien no lo sabe, a un ciudadano “normal”, sí, por razones familiares o laborales, se ve obligado a cambiar de residencia, no podrá conseguir un cambio de colegio o instituto así, por las buenas, pero, ¡ay!, sí su retoño le pega dos hostias a un profesor o se quiere poner un velo, le dan a elegir irse a donde quiera, cuando quiera y cómo quiera, sin problemas.

A mí eso de los velos me llama mucho la atención. Se han quitado los crucifijos sin rechistar, y cuando veo a las enviadas especiales de las teles de nuestro país en algún lugar lejano, las veo “obligadas” a respetar las normas del país correspondiente y dar las crónicas encapuchadas y sin mostrar carnes sugerentes, entonces, me pregunto; ¿por qué aquí no?, ¿por qué tienen más derechos los recién llegados que los ciudadanos normales y que pagan sus impuestos religiosamente? (para esto sí se acepta la religiosidad).

Derechos, los mismos, si, más no. Obligaciones ídem de ídem.

Para que la cosa sea todavía más sangrante, el asunto va a peor; “La familia de Nawja estudia acciones legales” Todavía fusilaran al director o directora del colegio al amanecer. Y se le pagará, eso sí, con cargo al Estado, a eso que antes decían que éramos todos. Está demostrado, el Estado y Hacienda, somos todos, pero… sólo para algunas cosas.

En el Aquí cercano, una amenaza de gran calado, de las de asustar; “Pilar Bardem, actriz: «Si me lo pide Laura Mañá me desnudo y hasta hago el pino»”. La repera, ¿qué hemos hecho para merecer esto?

Me voy a llorar a un rincón y a pedirle a santa Rita que la tal Laura no se lo pida.

Hasta mañana.

Pepeprado