Hoy sí, hoy es Navidad. Teóricamente ya ha llegado el gordo de colorado a hacer el gili, ya se han gastado unos pocos de millones en regalos y ya se ha comido de más por obligación.
Esto es parte de la Navidad; el tener que comer como si e mundo de acabara, para después beber cosas raras y no hacer las cosas tranquilamente. Se hace obligatorio comer demasiadas veces, demasiadas cosas y demasiadas novedades; las casas comerciales se estrujan el coco para primero inventarse algo novedoso y después para infiltrárnoslos en el cerebro a golpe de televisión. El salirse de lo habitual es bueno, pero como todo, con cierta medida, no a calzón quitado; se pueden hacer extras en el día a día, pero esto no obliga a estar continuamente de novedad en novedad, a estar continuamente en el filo de la espada de lo novedoso; lo habitual, ese día a día, tiene también cosas buenas y no hay porqué renegar de ellas, pero esto es, como casi todo, cuestión de reflexión, el pensar en que gastemos en lo que necesitemos y el medirnos en nuestros excesos; en nuestros tiempos, esto suena a utopía o mejor, -para estar al día- a chorrada impenitente.
Lo dejo; sigamos comiendo, gastando, bebiendo, etc. El mundo sigue: Paz en la tierra y ¿buena voluntad?
Pepeprado
No hay comentarios:
Publicar un comentario