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lunes, 14 de enero de 2008

El primer día sin Central y uno más sin himno

Me refiero, naturalmente, al Café Central. Tras muchos años, por primera vez al bajar lo he visto cerrado y sin trazas de abrir. Han empezado las obras de reforma pero yo me he quedado huérfano de barra y desorientado por carecer de mi norte particular; Espero que la cosa vaya como está previsto y se reabra antes de que me acostumbre a ir a otro lado, yo no estoy para costumbres novedosas. En fin dejo el tema porque me pongo tristón. Ya iré dando el parte de obras de cuando en cuando. Siguiendo en Málaga; otro palito a la burra, peatonalizemos la carretera de Cádiz, y vayamos pensando en incineraciones locales para los que vivamos y palmemos en estos andurriales del centro.

Otra entre las cosas que han pasado este fin de semana: Aún antes de que se haya dado “oficialmente” a conocer la posible letra del himno nacional, ha habido –naturalmente- un listo que lo ha filtrado, y se ha liado la de siempre. Todos están largando a más y mejor. En principio, lo mejor que está consiguiendo el himno de Don Paulino -un jubileta presuntamente inspirado-, es que algunos vayan mostrando su plumero; esto es porque ya esos algunos, han demostrado que, se le ponga la letra que se le ponga, van a decir que no… porque claro, ¿cómo figuras tan excelsas, van a consentir que los habitantes de este trozo de tierra -antes llamada España- nos pongamos de acuerdo en algo, aunque ese algo, sea solo vociferar a coro antes de los partidos? Para muchos de estos objetores profesionales, es porque lo ven como el principio de su fin. Si nos ponemos de acuerdo para cantar a coro a lo peor nos ponemos de acuerdo para más cosas y entonces ya ellos no tendrían que “ayudarnos” a resolver diferencias.

A mi, que de cante estoy cortito pero que me gusta la música un montón, creo que ponerle una letra al himno es solo un forma de focalizar abstracciones y fijar recuerdos, sin mayor importancia; si por ejemplo leyéramos con atención la letra de la Marsellesa, nos caeríamos de espaldas; habla de temas sangrantes, de enseñas también sangrantes, de traidores, de venganzas sobre enemigos expirantes y de otras cosillas así, Sin embargo no pasa nada; ni yo creo que los franceses lo tomen como una obligación para ir a cortar cuellos en la guillotina cada día. Es solo un referente para estar unidos, por lo menos durante ocho o diez minutos. Por eso, para mí cualquier letra medianamente facilona (que la puedan aprender fácilmente los nuevos españoles venidos de fuera, como hacen en Francia o en USA por ejemplo), con una pizca mínima de calidad rítmica e intención pacífica, me vale. Para El Sr. Llamazares (y otros) ya es otra cosa; él necesita de la excelsitud y excelencia lingüística, sumada a profundidad intelectual. Por eso hay que seguir buscando, pero que tengamos claro que esto se puede convertir en nuestro manto de Penélope particular. Y mientras discutimos estas chorradas; La casa sin barrer (a lo peor eso es lo que se pretende…).

Pepeprado

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