Como es ese día raro de la semana, que ni es domingo ni es de curro total, la mente se te dispara y divagas. Miras los periódicos sin verlos, piensas en la semana que ha pasado y en la que va a venir. En resumen, te atocinas y te pierdes.
La semana que está terminando no ha sido demasiado mala, terminando ayer con reunión de amigos en
Vuelto a la realidad una de las cosas que me he encontrado en el SUR, por ahí perdida, porque es una noticia de cultura, es esta; “El arte no tiene edad/…y el perfil del participante es un joven varón de entre 18 y 35 años…”. Me parece muy bien que lo digan, lo acepto en términos históricos, pero no en su realidad actual. Como se lee en la última parte del suelto, la mayoría de “entre 18 y 35 años”. Lo actual.
No acostumbro a quejarme del pasado, cada cual ha tenido el pasado que le ha tocado vivir, pero en este caso, como diría mi amigo Paco, “no se puede negar la mayor”, que es una frase que le encanta. Y la mayor en este caso, es que en este país, en esta civilización, en esta presunta cultura, solo se es apreciado si se es “joven”, haciendo puñetera falta, el que estén sobradamente preparados o no.
En ese pasado del que no reniego, lo de ser joven, cuando yo lo era, simplemente te daba un aire de poca respetabilidad que te impedía llegar a ciertas metas. A muchos sonará la frase, “Sí, parece estar muy preparado, pero… es demasiado joven para el puesto”. La hemos fastidiado, ahora lo poco respetable es ser viejo, porque para más inri, ahora que cada vez duramos más, se es viejo más pronto, a los 40 años más o menos.
A mi me cabe el dudoso honor de, por sendas crisis económicas mundiales, haber perdido el trabajo en dos ocasiones; la primera me fui a la calle por ser el más joven (±35 años), en la segunda me hicieron la cama por ser “de los cuarenta principales” (±48, ya no gustábamos los “mayores”). Es una marca difícil de superar y que desde luego me mosquea cantidad, porque demuestra que eso de estar en el sitio adecuado, en el momento oportuno, no lo domino. Reconozco, que tampoco ayuda el timbre de independencia, no está bien valorado decir siempre la verdad, más bien, a muchos/as les xode, pero, ¿que se le va a hacer? Nunca he tenido la finura temporal y factual de una doña Bibiana, que desde que la bautizaron, ha sabido estar en el sitio y momento idóneo. Resignación.
Esta es la razón por la que discrepo de la continuación al titular. Efectivamente el Arte no tiene edad, aunque su reconocimiento como tal, sea relativamente cercano, de más o menos finales del medioevo, el hecho artístico siempre ha estado ahí. Siempre ha habido alguien que ha querido enriquecerse moralmente haciendo “algo” que se saliera de lo corriente. Siempre ha habido quien dedicara una pizca de su tiempo a pensar y elaborar sus ideas para que el ser humano se alzara sobre el resto de los seres vivos. Pero a lo que parece referirse el titular, no es al Arte, es a los que actualmente conforman esa grey llamada “de artistas”. Me parece bien que a algunos/as se les fomente la afición, lo malo del asunto, es que a muchos/as que por tener que trabajar, por tener que sacar esta sociedad adelante, etc., no han tenido la oportunidad de “ser artistas” hasta una edad más avanzada, se les excluya en razón de esa edad. Para pensar en esto, un pensamiento, que, naturalmente, al ser inteligente no es mío, es de Tirso de Molina; La mocedad no repara
en cuanto intenta y procura.
No hay que excluir a “los viejos”…, ni del disfrute del Arte.
Hasta el lunes.
Pepeprado
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