Sigo en Guadalajara, dónde tenía previsto venir hace tiempo,
porque me daba rubor haber estado varias veces en la mejicana y no conocer la
nacional.
Reconozco que la de allí es una gran ciudad, y esta es un
pueblo pequeño y tranquilo. Tan tranquilo que incluso los chiringuitos
navideños aun no están acabados de instalar, se lo toman con calma.
En fin, ahora nos vamos a pasear la provincia, a hacer otro viaje
a la Alcarria, y ver Castilla en estado puro.
Antes, he echado un vistazo a algunos periódicos, entre
ellos el SUR y me he enterado de que este mundo sigue a lo suyo, a dar malas noticias,
El que parece que es un lince de la Pampa es el papá de don
Messi, que es algo así como el perejil, está en todas las salsas. Mientras su
pibe se dedica a dar patadas al balón, él se dedica a dárselas a la ley, o al
menos eso se sospecha. Un elemento este papacito.
Don Arturete parece que se viene arriba y “emplaza” a don
Mariano a hablar de la consulta. A lo mejor es que este no se ha enterado de
que el gallego no se va a salir de la ley ni un milímetro, para eso puede
reunirse con el padre de Messi que eso de la ley lo tiene más laxo.
Y asombrémonos, el
Yernísimo quisó meter en sus líos a su cuñado, el Príncipe Felipe. Menos
mal que este es bastante más listo y lo esquivó.
Lo que trae revuelto al personal es haberse enterado de los sueldos
de muchos alcaldes, alcaldetes y alcaldillos que diría aquél periodista lenguaraz.
Saber que el de Barcelona gana más que el Presidente del Gobierno, casi un 180%
mas, ha hecho felices a muchos, y no digamos de el de las Rozas, o acabo de ver
en la tele al de Algemesí, que también se lo montan bien. Hay algunos, a los
que el cargo se lo trajo un Mago de Oriente, aunque después se digan ateos, agnósticos o republicanos.
De todas maneras, tranquilos ellos, porque el Congreso, con
todo lo que hay que hacer, está dedicado a estudiar los sueldos de alcaldes y
concejales, seguramente no para rebajárselos, sino para darles carta de legalidad.
Me voy, aunque para mí la noticia triste sigue siendo esa
familia que murió toda ella en Sevilla por comer cosas raras. Cosas que ahora dicen
que no eran de contenedores. Habrá que esperar a ver si alguna vez sabemos la verdad,
pero mientras, toda la familia está muerta y eso no tiene arreglo. Una pena.
Hasta mañana.
Pepeprado
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