Con
eso del caso Noos y la imputación infancial, se están dando los mayores índices
de caradura del lugar. Los y las, políticos y políticas, siguen con la milonga
de “todos iguales ante la ley”, pero
sin bajarse de su poltrona blindada de aforamiento y desvergüenza. Cuando doña
Soraya (la Rodríguez), o doña Valenciano, dicen eso de que a la Infanta se la
trate “como a todos los españoles”, en
realidad quieren decir que se la trate como a como Vd. o cómo a mí, pero no
como ellas, ellas tienen hasta sus propios jueces de cabecera.
A
mí, que esta antes egregia señora, baje por la rampa, o que se haga la foto
tradicional con el guarda jurado gordo de los juzgados, me da igual. Lo
importante es lo que diga y demuestre, y que arrostre su responsabilidad. Aunque
claro, eso ya lo cuentan los periódicos que saben hasta lo que va a decir Si
estos saben tanto, nos podríamos ahorrar las costas judiciales; que los media juzguen,
castigan y ejecuten. Así serán felices y obedientes.
Mientras
nos entretienen con esto, salen noticias más duras; “La brecha salarial crece mientras desaparece la clase media”. Esto
es lo que están consiguiendo estos políticos de pacotilla que solo miran por
sus sueldos y por sus prebendas. Algo que costó años construir, una clase media
estable, se la están cargando a gran velocidad. Y siguen tan felices.
Una
muestra de ello, está siendo eso que llaman la crisis del Gamonal. Ahí, en la
pacifica Burgos, un alcalde y sus conchabados, han conseguido cabrear al
personal hasta extremos inconcebibles, sólo por dos razones; la primera dar
unas obras a un amiguete altamente sospechoso, y dos, por eso tan español del sostenella y no enmendalla. Lo malo de
esto, es que viendo la “mejora” que el alcalde burgalés plantea, se parece
horrores a los que se hace por otros lugares, incluida esta ciudad.
Se
fabrican aceras inmensas, extrañas islas de arboles raquíticos que luego mueren
de muerte natural, y se hacen carriles selectivos para bicicletas o carritos. A
cambio, se eliminan aparcamientos, se estrechan las vías dejándolas en un solo
carril, y se obliga a la ciudadanía a comprar o alquilar aparcamientos a precio
de oro. Todo, sin dejar de cobrar el llamado Impuesto (revolucionario) de Tráfico,
u otros cánones extraños. Por eso, lo de Burgos puede pasar en cualquier lado,
aunque después vengan los de siempre, los folloneros de plantilla, para quemar
contenedores y dar cursillos de guerrilla urbana. Y nos quejaremos. Cómo
siempre.
En
la Cortijá, doña Susana en vez de enterarse de que la UE ya investiga a UGT por
papearse sus ayudas, se dedica a la alta política institucional preparándose para
su asalto al poder, y se va a entrevistar con el señor Menos. Es toda una lideresa.
Por
estos lugares, la alcaldesa de Marbella aparenta estar algo más en el mundo que
antes; “Posiblemente, a la gente le
sorprenda que un político escuche a los ciudadanos". En la capital, el
ayuntamiento, otra vez, se enfrenta con la Junta…para defender a los grandes
centros comerciales, a los que quiere considerar “zonas de gran afluencia turística”. ¡Toma ya! Es decir, que los turistas
viene aquí, expresamente para irse a los mega súper a comprar. A los pequeños y
medianos comerciantes del centro y de los barrios, no hay quien los defienda; esos
invitan a poco.
Con
esta orfandad ciudadana, podemos terminar como en México, donde ya se defienden
a tiros unos de otros, o como en Nuevo México, donde ya se pegan tiros hasta
los niños de 12 años. Pensémoslo.
Hasta
mañana
Pepeprado
No hay comentarios:
Publicar un comentario