Cortito y pronto, porque
me voy a ver que tal anda eso de la feria de la capital del mundo. Será sólo un día, pero
creo será bastante para cargarme de ársa y olé, y de ¡ay! mi niño. Bueno ya contaré.
Antes de irme, he echado
un vistazo a los periodicos, mayormente a las noticias locales, para no
perderme y poder seguir al hilo.
De todas formas, de las
internacionales, dejando aparte la barbaridad de las niñas secuestradas en
Africa, qué es cosa que me parece tan inmoral que prefiero no hablar de ello, lo qué más me ha llamado
la atención ha sido la palmatoria de don Cornelius Gurlitt, qué, aunque tenga
ese nombre, no era un futbolista de renombre, sino un aficionado extremo al
arte.
Ese ciudadano, que ahora
se ha id al otro barrio a la provecta edad de 81 tacos de almanaque, ha pasado
la mayor parte de su vida recluido y
dedicado “sólo y exclusivamente” a la contemplacion y el cuidado de las
1280 obras de arte que atesoraba. Muy bien por don Cornelius, pero... lo malo
del asunto es qué estas obras de arte las afanó su papá, don Hildebrandt en su
momento, y muchas de ellas, sin la conformidad de sus dueños. Es decir, que
este pollo, se decicó mientras mandaban
don Adolfo y sus secuaces en las Alemanias
por narices, a birlarle los cuadros y otras obras, a las familias a las que esos
cabritos les daban matarile. Cómo se ve, nada ejemplar la conducta del papá.
Qué su niño, el ahora fiambre, los haya cuidado y amado, es cosa accesoria,
ahora lo que cuenta es devolver las obras a los herederos, aunque hay mas de
quinientas de las que no se sabe la procedencia. Así qué, si a alguno os falta
un rembrandt en vuestra casa, reclamad, que a lo mejor está por alli.
Por parte nacional, se
habla de lo de siempre, y sólo un par de inceladas, dos y muy localizadas por
estos lares.
Una es sobre el iraní
que tenía montado su harén en Marbella. Es sangrante que aun sabiendo que todo
lo que este tío ha estado haciendo es una monstruosidad, ya esté en libertdad.
Así no vamos a ninguna parte, mentras sea el dinero el qué marque las nedidas
de la justcia, estareos en una mala situación.
Lo otro es, dejando
aparte la sorprendente decisión de la Audiencia de mantener la imputación a doña
Maleni (es sorprendente porque no estamos acostumbrados a que se “permita” que
se juzgue a politicos), lo más llamativo va a ser el lio de la Cónsula, dónde
ahora, la Junta donde dijo digo, ahora dice diego y quiere le devuelvan la
pasta que dió con largueza. Veremos esto en qué termina, aunque huele mal. Algo
se está quemando en esos fogones.
Sin más, mañana será
otro día.
Hasta mañana.
Pepeprado
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