Es curioso, vine aquí, a Sevilla, simplemente pensando que
venía solo a echar un día diferente, y me encontrado con que he visto el
futuro.
Me explico. Esta ciudad, a la que vengo algunas veces, está
siempre animada y con su centro urbano de bote en bote.
Naturalmente toda esta bulla, propiciada por tener un
potente comercio de minoristas. Aquí, hay grandes superficies, pero sigue
habiendo un comercio tradicional muy numeroso. Siguen manteniendo la fidelidad
a los comercios familiares, a los dependientes conocidos que saben de tus
gustos y que te avisan cuando ha llegado algo de lo que te viene bien o andabas
buscando.
Encuentras además todo tipo de tiendas y se mantienen las de
artesanía autóctona, sumándole a esto, un gusto por el producto local que hace
qué, como he dicho antes, el centro esté siempre animado.
Pues bien, a pesar de eso, ahora en Feria, el centro se
queda a un 20/25% de su actividad natural, porque esta, se ha desplazado al
Real de la Feria. Claro, que esto les afecta menos, porque en realidad, ellos,
los comerciantes, también se han trasladado al mismo sitio y lo único que han
hecho ha sido cambiar de emplazamiento, pues siguen en contacto con la vida
ciudadana de todos los días y mantienen viva la llama de los intercambios y la
fidelidad de sus clientes/amigos.
Cómo digo, a pesar de eso, el centro se queda ligeramente
mustio (en comparación con otros días del año) y la actividad está ralentizada.
Y esto… me ha hecho ver el futuro de “mi” Málaga.
Aquí, cuando nuestro ayuntamiento consiga, por fin, cargarse
la Feria del centro y, en vez de adecuarla y mimarla, traslade todo al Cortijo
de Torres, nuestro centro, que es en realidad un 90%de franquicias, esas
tiendas donde compras lo mismo aquí, que en Albacete o en Helsinki, será un
cadáver y ese heroico 10% que intenta mantener vivo el comercio de la ciudad,
será apuntillado.
Encima, siguiendo esa horrenda tradición de los munícipes
malacitanos, mientras aquí las casetas del Real son prolongación de los
comercios y las casas del personal, en Málaga, con eso de llenar el Cortijo
cómo sea, y al precio que sea, para amortizar una idea municipal de aquella
adalid de la modernidad que fue la alcaldesa que inauguraba medios túneles, doña
Ssselia, visionaria y de esclarecida mente qué se embarcó y nos embarcó en ese
magno proyecto, hay que ir a por todas, y para eso, se pide poco.
Así, nuestras casetas están generalmente en manos de
feriantes profesionales foráneos, que pagan a los titulares un tanto por ciento
y que vienen a hacer negocio en una semana, sin ningún interés en lo local y
cómo sea, con lo qué esto es sólo una feria de pueblo sin carácter y sin
identidad, eso sí, con su botellón progre, cómo está mandado.
Por eso, el día de ayer me enseñó el futuro. El desolador
futuro de “mi” Málaga, y lo que iba a ser un día festivo me ha puesto a
cavilar, y cómo comprobareis, me ha puesto melancólico y meditabundo, aunque,
claro… con un poco de suerte, o de Alzheimer, eso ya no lo veré, ni veré a
munícipes orondos y felices, pensando que han convertido esta ciudad en un páramo, eso sí, en páramo peatonalizado.
Los que lo veáis, lo siento.
Hasta mañana.
Pepeprado
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