Los estudios universitarios hoy

Leo en SUR de hoy (12 de enero 2008) un articulo: “Los universitarios cada vez tardan más en terminar sus estudios”. Y tras varias reflexiones argumenta y explica las causas. Entre estas argumentaciones hay dos que me han llamado la atención por ser yo, parte activa del problema: “Entre las principales causas…, más la deficiente base con la que cada vez más jóvenes concluyen la etapa preuniversitaria e incluso la matriculación de personas en edad madura, que eleva la media”.

La cosa suena estupenda; sobretodo porque se da de tortas con lo que nos bombardean todos los días los ministros del ramo, que insisten en que nuestra juventud está más preparada que nunca, que somos la repera y solo les falta decir eso de, “somos la Reserva Espiritual de Occidente”. En la tele se ha oído recientemente, hasta que los mayores tuvimos una educación deficiente y que solo sabíamos aprender de memoria cosas que no servían para nada (juro solemnemente que esto lo he escuchado). Pues bien, la segunda parte de la queja escrita es que las personas maduras elevan la media y eso fastidia por comparación. Porque resulta que yo soy uno de esos maduros (en realidad algo más que maduro) que están jorobando las estadísticas y me acabo de caer de un guindo, porque es la primera vez en mi larga vida en la que el saber “cosillas” se me objeta como algo negativo.

Por lo tanto no me queda claro (soy viejo y por tanto, torpe) de si el compartir las “cosillas” que sé, e intentar ampliar mi culturita, es algo con lo que estoy atentando contra el progreso del país y debo dedicarme a ver Grandes Hermanos y similares para no usar el cerebro, o si es que esa cultura de memorión que nos achacan -y que me sirvió para buscarme y ganarme la vida, criar hijos y educarlos-, resulta que no era tan mala.

Y que quede claro que durante mies estudios, además de estudiar, me gané algunos coscorrones e incluso guantazos, me castigaron y me metí en líos, pero como casi siempre me los había buscado (los coscorrones, los guantazos y los líos) no tengo absolutamente ningún trauma ni ninguna crisis de ansiedad recurrente. De ahí mi perplejidad ante la constatación de que el estudiar de viejo está mal visto. Qué se le va a hacer; yo por mi parte seguiré haciendo lo que me dé la gana, porque ese derecho, me lo he ganado y me lo sigo ganado día a día, a pesar de las estadísticas de chichinabo y de las opiniones de los ministros, ministras y ministretes...

Pepeprado