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jueves, 17 de enero de 2008

Nuestra particular Alianza de Civilizaciones

Antes de nada, una nota previa; he recibido una sugerencia para cambiar la letra, y yo, como soy de los que cuando me razonan algo, hago caso, la he cambiado. Espero que mis amigos -esos que andáis de la vista regulín- me digan si les va mejor. Por cierto, lo de los comentarios está abierto.

Incluyo; mi plaza hoy.

Y a lo que vamos:

De la oficialista y descafeinada Alianza parece que en su reunión para echarse flores lo más importante que ha conseguido es que se hagan películas con moros buenos y una oficina de control (¡ya estamos como siempre!) del lenguaje para, por ejemplo no poner lo que yo he puesto “moro” sino “musulmán”. Esto ya –sin tantas alharacas- lo había organizado mentalmente el escritor y profesor Andrés Sopeña en su libro “El Florido Pensil” en el que ya aclaraba que tras pensar e investigar sobre los textos de la época anterior, encontrón la diferencia; moro, los que venían en patera o en el melillero; árabes, los que venían en jet privado y con petrodólares. Después de esta clasificación tan práctica, no hacía falta una serie de comilonas, con comprar el libro bastaba.

Frente a esto, aquí hacemos nuestra particular alianza; con cada vez más pluralidad en las calles y los ambulatorios de Málaga, y todo esto también sin llamar la atención. Aquí, mientras nos comportemos, cabemos todos. Lo importante es no meter la pata y por ejemplo dedicarse a menesteres como secuestros, atracos y otras menudencias, sobretodo porqué nuestras cárceles están ocupadas por los alcaldes.

Por eso, hemos llegado a los casi tres millones de visitantes “oficiales”, a los que habría que añadir los visitantes que no pasan por caja; con esto -y sé que no va a gustar- se está revitalizando aquello del “Una, Grande; Libre”; lo de “una”, no está claro; pero lo de grande es la leshe, aquí cabemos todos, incluso -por ahora- los de aquí e incluso Gallardón, y; lo de libre, psé. psé… aquí se es libre siempre que se le de la razón a los que mandan, porque ya ni vale aquello de; “se puede elegir entre el uno el dos o la equis”, hasta eso, ya lo hace una máquina.

Yo lo único que espero es que en esa alianza quede un hueco para los que nacimos aquí; que no somos tan malos.

Pepeprado

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