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sábado, 22 de marzo de 2008

Un sábado “normal”

Es curioso, pero los vaivenes atmosféricos de esta SS han hecho que cuando esta mañana he mirado al cielo haya pensado eso; un sábado normal. Es que la anormalidad de las lluvias previstas y las imprevistas nos han creado un estado de ánimo especial en el que primaba sobretodo la sensación de injusticia, porqué nos parece eso, injusto, que esa lluvia que anhelamos todo el año nos venga a caer precisamente en la única semana que nadie quiere que caiga. Por lo menos ayer, fue un viernes santo de los “antiguos”, de esos en los que las procesiones salen y lucen en todo su esplendor; de los de pasear y oler semana santa; de los de hacer llamadas a nuestra memoria; de los de sentirse muy de aquí, de Málaga. La vuelta a esa normalidad ha sido, entre otras cosas, el poder ver en la calle a cofradías a las que el destino condenó al involuntario encierro los últimos años. Esto ha hecho que algunas tan añejas como la Soledad, el Sepulcro, etc., nos hayan traído sabor a cosa nueva, a novedad esperada. Han hecho también que la calle, así en genérico, estuviera ayer tarde y noche a rebosar. Había ganas de SS desde el primer día y los dos de lluvia solo han conseguido taponar momentáneamente esos deseos de participación, que se han desbordado a la primera oportunidad de “normalidad”.

Vueltos a ese día a día, inserto aquí una foto para ilustra una pregunta; ¿Porqué la Agrupación, en lugares donde no hay problemas de espacio, pone las filas tan esparcidas que a veces le crean problemas a los tronos para pasar? Este es el caso de la Plaza de la Constitución, donde entre tribuna, sillas y vallas, se van comiendo el terreno y dejando un espacio para pasar, angosto y sinuoso. Si se mira la foto, se ve que el paso de los hombres de trono es tan ajustado que se asemeja al de las Termópilas por lo difícil y estrecho. Esto cuando no hay espacio, es normal, pero en estos puntos en que sobra el espacio no le encuentro explicación.

Dejando esto para preguntárselo a dirigentes expertos e informados, cuando dedico una somera mirada al mundo exterior (a la SS), veo que todo sigue igual, con la aportación de esos alegres muchachotes de ETA a la paz ciudadana, haciendo una de esas cosas que algunos dirigentes peneuvistas llegaron a calificar de “gamberradas de chavales”. Es mejor dejarlo porque se me esfuman los deseos de paz para todos y buena voluntad de estos días. Lo dicho, lo dejo; es mejor.

Pepeprado


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