Es mi dolorosa vuelta, pero vuelta al fin y al cabo. La cosa no pintaba bien desde el principio y desgraciadamente ha acabado como se veía venir. Descansa en paz, mamá, los demás seguimos aquí. Hay que continuar.
He vuelto a tener mi tertulia mañanera con Félix, Antonio y nuestro recién aficionado Nacho (sangre nueva). Tras esto, echarle un vistazo “físico” a la vida ciudadana, se lo he echado a los periódicos. Me he encontrado con cosas que se están convirtiendo en normales, ya se nota la consigna del poder de no hablar de la crisis, de apoyar ese patético patalear para que dejen entrar en el fiestorro al jefe, y… lo dicho, lo de siempre.
Quien parece vivir en su mundo particular es el virreinato andaluz y sus gerifaltes. Ayer mi amigo Villi, me dijo que
Mi gozo en un pozo, otra noticia dice que “El Congreso gasta 300.000 euros en abrir sus puertas” Menos mal que sólo las han abierto, si les dan un repaso de carpintería y un barnizado, se gastan el presupuesto del país. Que buenos somos.
Como todo no va a ser malo, hay una posibilidad de un entreacto tranquilo; El MegaJuez estará de baja un par de semanas para que le intervengan de algo. Es una paradoja que le intervengan a él, que es el que siempre está interviniendo y dando la coña. Como es insustituible, indispensable e irreemplazable, supongo que su postración momentánea en el lecho del dolor servirá para que estemos al menos dos semanas con menos sobresaltos. Lo siento tela por los médicos que lo vayan a atender, porque este personaje, dos semanas sin salir en la tele, tiene que ser peligroso para estar en sus cercanías. Seguro que cuando se reponga investigará a los cirujanos, anestesistas, ateeses, y limpiadoras de la clínica.
Voy a dejar estas cosas, no estoy para sufrir demasiado por ahora, pero no quiero olvidar un suelto de esos semi olvidados. Un juez italiano se ha negado a que unos papás le pongan de nombre a su retoño, Viernes. El juez ha alegado que iba a ser una putada para el niño en su futuro. Parece que por ahí, de cuando en cuando hay alguien que utiliza la toga para defender al indefenso. Por aquí hay papás que les ponen a los nenes, nombres que tienen tela. Si en unos años, cuando se deje de pensar en sacarse el carnet de ateo y cosas así, empiezan a colapsarse los juzgados de familia pidiendo cambios de nombre, que nadie se extrañe. Llamarse como llaman a algunos, tiene un porte, incluso, como acostumbrábamos a decir… tiene delito.
Ya desde mi lugar habitual, hasta mañana,.
Pepeprado
Buenas Pepe,
ResponderEliminarSolo quiero decirte dos palabras "eres grande". Un abrazo amigo!