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domingo, 9 de noviembre de 2008

Día de tranquilidad

Es fin de semana, tiempo de tranquilidad y de pararse un momento a mirar las cosas reposadamente. Le he dado un vistazo a los periódicos de hoy, somero y a vuelaojo. Me he encontrado lo de siempre; noticias que hablan de cosas desagradables.

Dicen que ahora se cumplen veinte años del nacimiento del éxtasis y las drogas “de diseño”. Da que pensar que ahora se “celebren” los aniversarios de estas cosas. Desde luego no hay que dejar pasar la efemérides, puesto que el éxtasis está influyendo más en el mundo que muchos Premios Nobel. En esta sociedad del absurdo, es más reconocido el haberse metido cualquier guarrería de estas, ya sea por nariz, boca o cualquier otra vía de penetración, que por ejemplo haber descubierto avances contra el cáncer.

Esto que se celebra, tiene en parte la culpa de otras noticias, como por ejemplo la violencia en las escuelas e institutos -también hablan hoy de eso-. Estos apaleadores de compañeros y profesores, o bien son de la estirpe de consumidores previos, o simplemente lo son ellos mismos, pero seguro que sale un psicólogo de postín diciendo que los degenerados estos, lo son, porque un señor bajito les quitó unas galletas cuando eren púberes.

Otro notición, es que se paran a recapacitar sobre el auge del tatuaje. Aquél que cantaba la Piquer del “rubio como la cerveza”, era algo exótico, daba la imagen de alguien no muy de fiar, que dejaba a la ciudadana en cuestión desamparada, destrozada y llorosa. Ahora los tatuados son locutores de TV, ingenieros de caminos y artistas de prosapia. Esto incluye a las féminas que se tatúan por doquiera parte que la vista repare. No sé, pero el encame con una señorita que se asemeja a un antiguo cabo del tercio de la Legión, debe ser algo rarillo. Dejo aparte que esas águilas, esos dragones y esas flores tropicales, que ahora están enhiestas con la arrogancia de los ventipocos años, cuando el inexorable paso del tiempo las haga decaer y engordar, esos/as tatuadas verán al águila con el pico a la altura del ombligo, al dragón con los ojos hinchados y a las flores mustias y colgantes, (les sucederá más o menos a los cincuenta). Entonces es posible que caigan en la depresión post-tatuaje. Eso sin contar que las/los que se empiecen a estirar los pellejos sobrantes, van a desvirtuar el arte del tatuador, y es posible que la flor del pezón, se le traslade a media espalda tras los recortes.

Aparte de estas lindezas, los medios serios, nos informan que todos se van a la WTM, que es una Feria del Turismo a la que van todos, menos los que trabajan y entienden del turismo. Por lo que sé, allí se va a, (como dicen los castizos) ponerse púo de comer, beber y …, dejo los puntos suspensivos para que cada cual los rellene a su libre albedrío. Es una bella y placentera forma de gastar pasta de contribuyentes y empresas, con el añadido fantástico de poder volver con cara de mártir explotado que se sacrifica por los demás; ¡Hay que ver lo que yo trabaja!, ¡Sin no fuera por mí…! Vale, pero a ver si alguien me muestra a algún “alguien, alguno o alguna” que vaya a la WTM, pagándolo de su bolsillo. Es simple curiosidad.

Para finalizar, y como el viernes estuve hablando de carteles, me acordé de unos que tenía archivado en la memoria. Para ponerse importante y serio, se acostumbra a decir aquellos de “un cartel es un grito en la pared”, que es una frase bastante socorrida y que gusta horrores. Pues bien, esta serie que pongo, no es un grito, es un berrido. Lo de “prebisterio” es una alegría lingüística de la Junta y de la Gerencia de Urbanismo local. Afortunadamente, alguien en el Mº de Cultura, en vez de mirar en el Google, que ahí vale todo, miró en diccionarios (M Moliner, Espasa; DRAE, etc..) donde dicen que, “prebisterio no existe”, que lo que sí existe es; presbiterio, (del lat. «presbyteríum», del gr. «πρεσβυτριον/presbytérion»).

Para compensar el desaguisado, pongo otra foto más “agradecida de la castigada Catedral.

Hasta mañana, me voy a la Plaza de las Flores a oír a la Banda Municipal, que eso si es disfrutar.

Pepeprado

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