Crónicas Mejicanas V

Ayer, tras resucitar de los efectos de la post boda, nos dedicamos a eso tan humano de enchufarle a una cuchipanda pasada, otra inmediatamente, para que el cuerpo no tenga respiro.

Esta vez, fue un enfrentamiento de “carnitas” (carnecitas), tortillas y todo tipo de cosas de esas que engordan, ponen el colesterol en plan estratosférico y dejan a los presentes al borde del colapso. Eso sí, todo aderezado con todo tipo de picantes, salsas y demás alegrías. A mí el picante me va, así que encantado. Los demás, expedicionarios/as se defendieron gallardamente.

Por la noche no estaba yo para escrituras, así que hoy incluyo ese “parte de actividades” con lo de hoy, donde nos hemos batido el cobre, como turistas de acreditada valía.

Por la mañana, visita a Quiroga, después a Tzintzuntzan, a comer a Patzquaro, y a continuación, a Morelia, la antigua Valladolid, donde para más morbo, pasa el río Duero (precioso), y desde ahí, ya hecho unos zorros, de vuelta a Zamora.

De todo esto, habría tela que cortar. Sólo la visita a Tzintzuntzan, con su monasterio franciscano ya merece la pena. Si le sumamos el resto de los lugares, la cosa es importante de verdad, pero los dedos me van fallando (de la vista ni hablo), así que pongo las fotos de rigor y procuraré encamarme.

La primera es una de despedida del primer expedicionario que se vuelve. A continuación, la cuchipanda de ayer “en el campo”, si se le puede llamar eso a un Club Social de Campo de óle y no te menees, con todas las comodidades. Incluida en la merienda, actuación de Rirri, con gran aceptación de público y crítica.

Del monasterio, pongo una de una ermita que yo ya pinté hace años, y que me sigue encantando, y finalmente en el capítulo de cartelería fina y entroncando con el asunto de las prohibiciones, uno adorable por su cercanía.

Para que no falte, una más grande, porqué sí, porque merece la pena verla,

Espero que mañana más.

Por cierto, he procurado no enterarme de qué es lo que ha pasado con las elecciones en las esquinas de España, prefiero ser feliz.

Hasta mañana.

Pepeprado