Hoy tarde, y con un día rarillo. Sin luz en casa desde la madrugada, no he tenido PC donde ponerme a estas labores ni oportunidad de dedicarme a ello. Ahora ya no es hora de comentar nada, así que, para no faltar a mi propia cita, una fotito del árbol de la crisis, más pequeño y desnudo de verdes, con sólo una insinuada estructura que tiene que ser su única vestimenta (para desgracia de esas gentes que gustaban de rapiñar los pascueros de otros años) y con poca calidad fotográfica ya que a mi vista se presenta velado por las telas de la obra de la fachada, y el día no está siendo afortunado para estas labores, pero algo es algo. Ahí queda el documento. En otro día más afortunado me esmeraré más para intentar hacerle mejor justicia al adorno navideño.
Ayer estuve en una conferencia sobre la Crítica en “algunos años” entre la transición y los inicios del abrevadurismo, palabro que me acabo de inventar para dar nombre a los amigos del abrevar a costa del estado. No me terminó de convencer. Sombras y luces pero no me acabó de dejar a gusto. Quizás es porque es difícil entender que te cuenten cosas que tú has vivido personalmente aunque fuera como testigo más o menos lejano. La siguiente será mejor.
Dejo esto, espero que mañana sea un día más normal, más anodino y con sólo las chorradas del circo nacional con sus prestidigitadores, falsos domadores y payasos. Mejor eso, lo dejo, el día no fue afortunado, no se merece mucho más.
Hasta mañana.
Pepeprado
No hay comentarios:
Publicar un comentario