Día de los Reyes Magos (antiguos)

Como es natural, no es día para ponerse a leer o pensar en las tonterías que intentan colocarnos. Anoche fue la de las cabalgatas aberrantes. No ha mucho esas cabalgatas, eran para los reyes, los pajes y algún que otro romano colado de estrángis, pero ahora son totalmente jolywudienses, con todo tipo de máscaras y cuernos enhiestos y que me da la impresión (hay algún abuelo amigo que me lo ha corroborado), que a los niños los deja, en el mejor de los casos pasmados, cuando no asustados.

Anoche en la de Málaga circularon algunos personajes de los de abrirse las venas, pero todo sea por el marketing. Eso de que las cabalgatas oficiales sirvan para hacerle promoción a películas de monstruos, me parece que no es demasiado entendible, pero, como siempre, debo de eser un tío raro, de los que cuando piensan en estos eventos tiene en mente camellos y negros con turbante, eso sí, negros amistosos y familiares, de los pre al-qaedinos. Tampoco me parece muy normal que ahora que tenemos gran cantidad de ciudadanos de todos los colores, y estoy seguro que con ganas de colaborar, para estos eventos sigamos recurriendo al betún, pero todo sea por la causa.

Hoy día de familia y de intercambio de regalos, eso sí, debido a la edad de los intervinientes, todos con el ticket correspondiente por si hay que descambiarlos, no sea que las medidas no estén acertadas. No esta mal, antes el día de Reyes me tenía que echar un destornillador y un busca polos al bolsillo para las averías inmediatas y los primeros auxilios jugueteríles, ahora la cosa es, para mí, más tranquila.

Ya, esta misma tarde, he empezado a reactivarme como currante vocacional y desde ya, en serio a ponerse las pilas. Por eso, voy a dejar esto y pensaré en lo rápido que pasan estos días, que se van en un suspiro. Se ha acabado eso tan triste de pasar revista a las cosas que han pasado en el fenecido y malhadado año 2009 y en los que han faltado a lista estas navidades.

A partir de ahora, a ser normales. Eso, o al menos, intentarlo.

Mañana miraré a ver si entre las fotos hay alguna de algún monstruo o concejal que merezca la pena poner, entre las dos o tres que tiré desde mi balcón. Hoy no es día de darse quebraderos de cabeza, así por las buenas.

Hasta mañana.

Pepeprado