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martes, 19 de enero de 2010

Más cortito

Ayer no pude estar aquí, y hoy, va a ser cortito. Voy fatal, porque tengo un trabajillo atrasado que sacar adelante y lo importante va primero. Pero no quiero faltar dos días seguidos a mi cita y aunque no vaya a echar la vista a las noticias de hoy de este mi mundo, al menos un dolorido recuerdo a algunas de la cosas que la radio me ha derramado en los oídos.

Lo primero es que Alí Agca ya está en la calle, dispuesto a convertirse en eso que yo llamo “Rocieros de la Tele” e ir pasando la boina para recoger los frutos económicos de su esforzado trabajo, que consistió en darle un par de tiros a alguien que no le había hecho daño. Esta es una de estas cosas que tiene esta civilización; el castigo a los buenos, incluso dejando que los maten, y la protección de los que hacen el mal. Seguro que esto que digo habrá quien piense que lo expreso pensando en la importancia de la víctima, pero no, me sienta igual de mal, que vaya a la calle este, que los asesinos que tenemos ahora aquí carcajeándose del país y esperando para ir a T5 a cobrar en las tertulias porcinas.

Ni hablar de la vergüenza de Haití, donde la ayuda se pierde y atasca sin llegar, pero parece que el gran problema es que han llegado los americanos. De las pocas cosas de las que no se me puede acusar es de pro-yanqui, pero lo que no me parece normal es que se pierda el tiempo en discutir si esta bien que ayuden o no. Todo quisqui aplaudió a rabiar a don Barack e incluso le dieron el Nobel a toda velocidad, pero ahora esos mismos, desconfían de sus intenciones. A ver si nos aclaramos, que la gente se está muriendo.

Lo más cercano, es el asunto de los que copian en Sevilla. En la universidad cortijera, para demostrar de forma indudable su afección al régimen y sus intento de ser güenísimos de la muerte, les han quitado a los profesores uno de los últimos vestigios, no de autoridad, sino de respetabilidad docente.

No nos engañemos, el alumno puede intentar copiar porque le va el pellejo en ello, pero en el juego de los estudios, tiene que ser a la vez consciente de que si lo pillan, la ha jodido. Lo que se busca ahora es la impunidad, y para ello, nada mejor que dejar caer sobre el profe la ominosa sombra de la sospecha. Crear una comisión para discutir el asunto es directamente una gilipollada y una forma de intentar cubrirse el trasero la universidad como estamento, renunciando a su papel de docente ante la vida. Es un nuevo paso, esta vez terrible, en el camino hacia la total impunidad, el obviado de deberes y el engorde el libro de los derechos aparejándolo a la desaparición de la cada vez más delgada cartilla de las obligaciones.

Vamos bien, así nos va, pero todos felices, los nenes… protegidos, de todo y para todo, y eso que he visto que han dado en llamar la generación Nini (ni estudian, ni trabajan) encantada. Con estas cosas les están garantizando que les van a dar un título para cuando se lo pidan, naturalmente para darles la subvención que haga falta. Mientras tanto, yo, me voy a currármelo, soy de los antiguos.

Hasta mañana.

Pepeprado

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