Antes
de entrar al tema, un recuerdo para aquella Revolución de los Claveles, que está
aún en nuestra memoria. Cuando pasó, no teníamos ni idea de cómo iba a
terminar, al final fue todo un éxito, por lo que todos nos felicitamos.
Enhorabuena a los primos portugueses.
Ahora,
lo de las imputaciones.
Hoy
mismo, en cualquier periódico, se ven noticias sobre imputaciones varias y
variopintas. Hablan de una imputación que está dando motivo a una actuación ejemplar,
la de un diputado de Ciutadans, que nada más ser imputado ha renunciado a su
escaño en el Parlament catalan, aun
defendiendo su inocencia. Esto es lo que hay que hacer; dimitir, demostrar su inocencia
y no aferrarse a los cargos en plan Loctite.
También
hablan, ¿cómo no? de la imputación nuestra de cada día de la juez señora Alaya.
En este caso es una re-imputación, porque se está convirtiendo en tradición que
otras instancias torpedeen las actuaciones
de esta juez y las tenga que repetir. Y así podíamos seguir.
Pero
hay cosas ¿sorprendentes? En todos los casos, esto es noticia, sale en los
media, se habla de ello, se discute, y se manosea el tema, pero… no siempre.
En
esta bendita tierra, donde los periodistas parecen estar continuamente mirando
al tendido, da la impresión qué, de aquí, no imputan a nadie, y no es así. En
el desmadre juntero y en los chalaneos del poder de la taifa, también hay gente
de Málaga, pero, ¡ay!, curiosamente de estos no habla nadie, estos no salen en
los periódicos, se pasean y siguen a su bola sin tener que dar ninguna explicación.
¿Por
qué pasa esto? Pues simplemente porque aparentemente,
no hay ningún periodista de fuste que
quiera dejar de estar cercano a los pesebres y todos prefieren discutir sobre
el sexo de los ángeles, o sobre el cultivo del champiñón en tierras agrestes,
antes que hablar de ex Rectores universitarios o de sindicalistas de pro,
porque esto les puede traer “problemas”. De esta manera, que se une a la forma
de repartir (repartir=Distribuir una cosa dividiéndola en partes) la justicia,
en vez de impartirla que es algo ligeramente diferente, aunque muy importante en
esa diferencia (en impartir no hay que “dividir en partes”), es como se llega a
estos desmadres que vemos día a día.
Así,
mientras a algunos se los persigue y se los pone en primera página todos los días,
por ejemplo a doña Espe por una multa de aparcamiento indebido, a otros se los
codena por un secuestro de opereta a más años que a asesinos confesos y reincidentes,
a otros, se les proporciona un pudoroso olvido y se les cubre con una respetuosa
cortina de silencio. Y a esto le llaman Igualdad. ¡Una leshe!
Dejemos
esto. Ahora se va a abrir otra caja de líos. Se está preparando una ley para que
los que quieran adoptar estén en manos de los padres que no quieren o pueden mantener
a sus hijos, con lo que los líos van a estar al cabo de la calle. Tiempo al
tiempo.
Me
voy, pero no sin prestar atención a una de esas noticias apasionantes que son con
las que nos llenan las páginas para que nos quedemos patidifusos; “Borrero: 'Juan Pablo II comía a diario ajos
manchegos'” Impresionante. Con esta noticia, sube la bolsa y baja la prima
de riesgo
Hasta
mañana
Pepeprado
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