Hablemos
de estadísticas. Han salido las del paro, y por lo visto, la situación está mejorando.
Aunque tengamos una clara y natural impaciencia porque esto se produzca más rápidamente,
creo es una buena señal. Ahora vendrán los augures de las desgracias, darán la
vuelta a estos datos e intentaran convencernos de qué como son mejoras escasas,
ya no son buenas y ni siquiera son mejoras, sin explicar si, de verdad, creen
que sería aun mejor que fueran malas porque así les conviene más a ellos. Dirán
que los nuevos empleados son solo los más altos y más rubios y que los bajitos siguen
en el paro y cosas así. A mí, que estas cosas de la ideología las tengo
arrinconadas, simplemente porque me parecen una solemne chorrada a estas
alturas, todo lo que sea una mejora me vale, aunque no sea demasiada mejoría y dando
por sentado que hay que seguir mejorando. Pero yo, …es que soy muy raro.
Soy
tan raro, que el informe Pisa y su varapalo los encuentro totalmente normales y
acertados. El desastre actual no es algo que haya surgido de la nada, es solo
el producto de una sociedad que se dedica más a mirarse el ombligo que a currárselo
en plan serio.
En
esto de la Educación, ha pasado que la ideología, o mejor, las ideologías, han
primado sobre la función. Los gobiernos están más preocupados por adoctrinar
que por educar, y la actual sociedad prima más la velocidad que el esfuerzo.
Todos los chavales están convencidos de que se lo merecen todo… y ya. Ninguno
piensa que haya que hacer algo para merecérselo. No piensan que esforzarse
tenga algo de interés. Hay urgencia por tenerlo todo; el último móvil; el
último buga; las mayores fiestas; lo que anuncien los nuevos iconos de la moda;
conseguir el look poligonero de pantalón caído y gorra con visera que da sombra
a una oreja y apenas tapa la cresta tipo arapahoe, y los chándales chavistas
para hacer el simulacro del deporte. Es una sociedad joven donde prima más
lucir un torso con tableta en la playa que mirar unos apuntes. Y, para colmo,
es una sociedad que ha matado algo de lo más importante en el ser humano; la curiosidad.
Nadie quiere saber nada, nadie quiere molestarse en aprender algo, nadie quiere
saber el porqué, nadie quiere conocer cómo funcionan las cosas, en suma, nadie
tiene curiosidad en saber el verdadero porqué de esas notas en el Pisa. Piensan
que es mejor matar al mensajero, es decir, lo políticamente correcto.
Finalmente,
una constatación. Ayer me escamaba esa prisa por pasarle los papeles de los
EREs a tribunales de más alta enjundia. Hoy sale una prueba del porqué de esa prisa;
“La Justicia obliga a la Junta de
Andalucía a pagar el sueldo a Guerrero/El TSJA obliga a la Junta a pagarle una
retribución aunque no le permita ejercer. El ex alto cargo cobrará un salario
con carácter retroactivo desde febrero de 2012”. Para empezar el titular
está confundido, no es “la justicia” quien dicta esta sentencia, es el TSJA que
es algo bastante diferente y muchas de las veces bastante diferente y distante del
concepto de justicia. Al ver cómo este alto tribunal da cobertura a estos sinvergüenzas,
no nos extraña qué los que los mandaban estén locos por salir de las manos de
doña Mercedes y pasarse a él con armas, bagajes y cuentas corrientes. Seguro qué,
nada más coger los papeles los exoneran y encima les dan pasta por “el sufrimiento padecido”. Así
cualquiera.
Hasta
mañana
Pepeprado
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