Lo que queda de
año va a ser un suplicio. Ya hoy, sólo con la preparación de eso que llaman el
debate del estado de la nación, una repetición anual de las mismas chorradas,
las emisoras de radio y tele, están que no hay quien las aguante, con todos (y
todas) los presentadores echándole una mano previa, a sus
“patrocinadores”. Ni te cuento lo que va
a ser a partir de ahora.
Dejemos de
comentar pues, chorradas ya previsibles . Del exterior me llama la atención que
los de Charlie Hebdo, han reanudado su publicación, y vuelven a ser
irreverentes. Naturalmente no con los peligrosos, sino, por ejemplo, con el Papa y con Sarkozy, que saben nunca van a
ponerles bombas en la redacción.
Aquí, ayer hubo un
terremoto, afortunadamente no hubo víctimas, aunque a posteriori hubo quién se
convirtió en víctima de su propia tontuna; el señor Garzón, submarino
encubierto de otro partido en su propio partido, salió diciendo que esto era…
por el fracking. Los hay que si son más tontos se rompen.
Lo que sí me
tiene preocupado es el alto nivel de inconsistencia mental del país. Por un
lado, todos los media y los políticos progres se echan las manos a la cabeza y
se rasgan vestiduras denunciando el machismo, la falta de respeto a la mujer, y
demás lindezas del día a día. Véase si no, la indignación por los canticos de
los béticos. Pero a la vez, todos admiten y los media producen, programan y promocionan
todo tipo de programas, en los que la mujer es un mero objeto a exponer en el
mercado de la carne. Buscan señoritas para que se encame el cateto de turno; encierran
a unos pocos en una casa a esperar que practiquen la coyunda indiscriminada, y hasta
a la última aberración que ahora está promocionando una de esas cadenas puras y
cristalinas; buscar disminuidas mentales que por unas vacaciones en algún
presunto paraíso terrenal americano, no sólo se encamen, sino que se casen con
el imbécil de turno que sólo se preocupa por sus músculos y no tiene tiempo de
cortejar debidamente a una señorita cómo es debido. Aparte de ser esto una
vergüenza, es preocupante, dice bastante sobre la volatilidad de los mensajes
sobre el tema, qué, en el momento que hay dinero o audiencia de por medio,
dejan de tener importancia eso tan antiguo del respeto. La guarrería es tanta,
que prefiero no seguir.
En Málaga, los
asuntos turbios parece tienen un ambiente cofradiero. Para empezar, la Policía
tuvo que ir a un cabildo del Cautivo, para terminar con discusiones que se
estaban yendo de la mano. Pensar que hemos llegado a desvirtuar eso que tiene
el hermoso nombre de “una hermandad”, es cómo para echarse a llorar. Lo que se
supone, es una agrupación de personas qué, se vuelve a suponer, están
hermanados en torno a unas imágenes y unas creencias, haya llegado a estos
extremos, es totalmente denigrante. Se llega a esto por personalismos, por
búsqueda de beneficios personales, bien económicos o bien de búsqueda de un
prestigio que por otro camino, esos actores de segunda, no pueden obtener. Es
la banalización de algo importante, que se lleva ese extremo sólo para beneficio
de uno o unos. Para llorar.
Además, hay otra
noticia en la que un miembro de una banda de música juvenil, es agredido por
otro ex miembro, por lo visto tocador de tambor, que también quería moldear la
banda a su particular gusto. Otra muestra de esa atmosfera de crispación que
está invadiendo un ambiente qué, en general está más por hacer el bien, pero qué,
por culpa de este tipo de personajes, ve enturbiada su imagen. Seguimos en lo
mismo; para llorar.
Me voy. La
noticia chusca, es que los Oscar han pedido audiencia (un 16%) a pesar, o quizás
gracias a, la falta de respeto de su presentador hacia la audiencia. Lo de
quedarse en pelotas era previsible, pero es sólo una muestra más de eso, de la
falta de respeto de algunos artistas hacia su público, el que les paga cifras millonarias.
A ver si aprenden.
Hasta mañana.
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