Vamos de lunes, un repaso a lo que ha pasado por ahí.

Lo más llamativo, por decirlo de alguna manera suave, es que las bestias del Estado Islámico siguen matando a rehenes en plan televisivo. Ahora, quién les ha declarado la guerra, y estos sí que no se andan con chiquitas, es Egipto, que ya ha empezado a bombardearlos donde los pilla. Vamos a terminar mal por culpa de estos asesinos.

Lo de Copenhague, normal. Cuando oí lo que había pasado, ya sabía que al fulanito se le había acabado su atareada vida. Estos escandinavos, son muy educados, demócratas y todo lo que se quiera, pero las ideas las tienen clarísimas; cuando hay que apretar, aprietan. No tienen (ni temen a) las consignas gúenístas de por aquí. Si hay que merendarse a uno por el bien de la comunidad, se lo meriendan y punto. No los dejan que se vayan a Venezuela a montar chiringuitos. Y así ha pasado.

Los griegos a lo suyo, a decir una cosa en Europa, otra en casa y marear la perdiz. Ya le han pedido ayuda a Putin, que es lo que tenían en mente desde el principio.

Ha debido pasar algo gordo, aparte de la guerra incivil de don Pedro contra sus molinos de viento, que no nos han contado, porque hoy he visto noticias sobre Ciudadanos en algunos periódicos. Cosa rara porque a estos les tienen hecho un semi boicot los media, que a cambio les ponen altavoz a todo lo que hagan sus “predilectos”.

En una de ellas, el señor Rivera dice en Andalucía que hay que ponerse a currar. En otra, que quiere cambiar las cosas y se plantea, nada menos, qué; “reducir a mil los ayuntamientos y crear un IRPF que incentive a trabajar a los 'más pobres”. Con estas cosas, querer poner a trabajar a algunos y quitarle cargos a otros, lo lleva crudo, porque, para los expertos en la subvención y en la ayuda social, esto de currar no les va. No digo que todos los que están en esto, sean lo mismo, sino que hay verdaderos especialistas en sacar pasta de las administraciones sin dar palo al agua. A esos, claro, ponerlos a currar, ni soñarlo.

Otros como los de las tarjetas maravillosas de Bankia, a los que el amado pueblo ha sentenciado cuando iban a declarar como golfos y mangantes, tampoco están por pegarse al tajo. Ellos piensan que mejor darles tajos a la caja.

Asimismo, se lo van a pensar los de la Junta que cargan fastos y comilonas a su propio presupuesto, porque sí, porque son amiguetes. O los del sindicato que antes era de clase, y ahora de “Gran Clase”, cuyas cuentas en viajes, comilonas y festejos están dejando asombrado al personal. Intentar poner a currar a este tipo de gente, va a ser dificilillo. Así, que don Alberto, suerte y paracetamol para los dolores de cabeza.

En Málaga, se han acabado los carnavales, con lo cual espero y aspiro, poder dormir algo más. Pero, para demostrar que estamos en elecciones, han empezado por enésima vez las obras del Metro. Ánimo, esto hay que avanzarlo lo más posible antes de qué pasen las elecciones y otra vez cierren el grifo y se “olviden”.

Yo por si acaso, el sábado me piré al country. El domingo desayuné en un bar de pueblo, donde había hasta tejeringos. Después compré el periódico, cáncamos y otras cosas, en una ferretería abierta a… las 8 y media de la mañana, ¡de un domingo! Otro mundo.

Pongo una foto de mi atareada plaza; me entero de la última patochada de doña Mariló Montero, y un recuerdo a Sergio, que junto con sus colegas nos acompañó musicalmente estos años. Encima, es de mi año. Cómo decía mi suegro; “están llamando a mi quinta”.