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martes, 13 de enero de 2009

Un poquito de cuidado

Esta mañana, las radios y los periódicos están liados con lo del asunto del no-juicio a los entrevistadores del norte y con la prevista huelga de los jueces. Como lo primero lo tengo claro, porque sería impensable que se hubiera hecho algo en contra de los que han colocado en su puesto a los que deciden sobre el asunto. Lo segundo, porque es una cosa totalmente impresentable. Lo que piden es totalmente razonable, pero lo que no tiene explicación, -eso, razonable-, es que estas reivindicaciones se olvidaran cuando admitieron que los dos grandes partidos “repartieran” los nombramientos. Así que lo dejo, no me gusta darme cabezazos contra la pared, y estas cosas son un asunto totalmente familiar entre los que mandan. Aquí los ciudadanos no tenemos arte ni parte, solo nos toca sufrir las consecuencias.

Por eso, me voy a dedicar a un par de cosas más cercanas.

Me acaban de contar (yo esas cosas no las veo), que en la Cuatro, la cadena privada del PSOE, empezaron ayer noche un programa en que se les suministra carne fresca femenina a presuntos catetos con hambre de mujerío… para que ellos elijan. La cosa no tiene desperdicio. Por cualquier lado que lo mires es totalmente impresentable, con remembranzas a los antiguos mercados de esclavos, con desprecio absoluto a términos tales como, respeto, decoro y vergüenza, etc. Pero, como diría un amigo mío, “lo más peor”, es que esto se escenifique en la cadena afín, la que controla el mismo partido que ha creado incluso un ministerio de “Igualdad”, que pregona lo del asunto de los Derechos Humanos y la dignidad y que se “vuelca” cada vez que alguna ciudadana se da por ofendida por una mala mirada. Ahora, la ministra súper mega guay está callada como una … muerta, porqué claro, no es lo mismo predicar que dar trigo, y al jefe, ni chistarle. Eso, en lo referente a los mandantes, que es una curiosa palabra que solo se diferencia en una letra de otra que podría ser bastante más atinada en estos días. Referido a los mensajeros… No sé porqué, pero entre los “comunicadores de lujo” siempre se refieren al señor Gabilondo con términos tales como, maestro, líder, espejo en que mirarse, etc.. y otras lindezas similares, siempre respetuosas y a veces incluso serviles. Aparte de que sea por darle coba buscando un enchufe, no entiendo ese respeto por quién demuestra haber vendido su dignidad por un plato de lentejas. Eso sí, unas lentejas con más jamón que lentejas. Por eso, vale. Que sigan las manifestaciones por la “dignidad de género”, que se publiciten en la Cuatro y que –al mismo tiempo- se ponga en parrilla el mercado de la carne, quizás para eso, para ponerla a la parrilla. ¿Respeto? ¿Dignidad?... ¡Una leche!

Otra cosa, ésta más cercana y con menor incidencia moral, pero que es un atentado contra la información y la veracidad. Apareció ayer en uno de los periódicos gratuitos locales, el Qué! Los periódicos y las revistas, incluidas entre sus razones de ser, tienen la categoría y la obligación, de convertirse en fuentes de información a través de su trabajo. Los errores son admisibles, pero la responsabilidad obliga a cuidar los detalles aunque sea mínimamente, ya que hay quién cree a pies juntillas “lo que dice el periódico”. Aunque está cada vez más admitido, que lo que digan en lo político y social está “coloreado” y hay que aplicarle filtros, lo que habla de la mera historia, y sobretodo la intrahistoria o historia cercana y/o doméstica. En la imagen adjunta, que acompañaba a una –creo que- acertada reflexión sobre el centro de Málaga, en una imagen de elaboración propia, equivocan casi todo. En el punto 1; no estaba Morague, Moragues, con ese, estaba en la esquina de enfrente. En el 2; esas franquicias están más arriba en la calle, ahora ahí, hay una zapatería. En el 3; está el Banco, pero la camisería Gámez, no Gómez, estaba enfrente. En el 4; Electricidad Rueda estaba “en la esquina”. En el 5; los establecimientos Álvarez, daban su cara principal a calle Larios, no a calle Martínez y en el punto 6…; aquí, no consigo ni entender de lo que habla. Antes, ahí era donde estaba Moragues.

Esto, puede no parecer importante, pero para los que no han conocido estas cosas, los puede liar, y sí las consultas son para algún estudio o algún libro, los líos pueden ser mayúsculos. Así que por favor, un poquito de cuidado. En este caso, con preguntarle a algún “viejo” de 50 añitos o más, la cosa habría quedado más ajustada. Lo siento, soy puñetero para estas cosas.

Hasta mañana.

Pepeprado

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