El señor Carreter titulaba sus reflexiones como, “el Dardo en la Palabra”. Hasta eso ha cambiado, ahora las palabras en vez de dardos tienen leche merengada en sus recovecos. Esto ha sido la única gran aportación constatable de las huestes zetaperiles, al panorama nacional. Todo vale, siempre que se pueda explicar de forma primorosa.
Doña Elena, desde que la promocionan en los anuncios, se ha venido arriba; “El Gobierno alienta el optimismo pese a los malos pronósticos de la OCDE”. Manda güevos, la expresión “alienta el optimismo”, basándola en un informe que nos pone a caer de un burro. Por cierto, insiste en lo de los brotes verdes, que os quiero verdes.
El non plus más del estilismo nominativo, es convertir esto; “Un combate con tropas españolas acaba con la vida de trece talibanes”, en algo inocuo. Si sumamos las declaraciones amontonados sobre el tema, veremos que el estar seis horas a tiro limpio contra el enemigo talibán; con ayuda y soporte aéreo italiano (de eso no teníamos nosotros); con resultado de trece muertos en el bando enemigo, ahora se podría “traducir” en este hermoso titular; “El batallón electoral español, que está allí para sacarle brillo a las urnas del pucherazo, intercambia municiones durante seis horas, con unos delincuentes comunes con la desgracia de que trece de estos descarriados, tropezaron contra un armario o unas balas perdidas (no está claro) y se murieron de repente, seguramente, porque son unos desagradecidos que no comprendieron la bondad de nuestras intenciones”. En estas vicisitudes estilísticas, echo mucho de menos, las oportunas y acertadas opiniones de aquella grey de, “intelectuales y artistas”, que vociferaban aquello del, “no a la guerra”, a cualquier hora y por cualquier parte. Me pregunto dónde están aquellos artistas que salían un día sí y otro también, enarbolando pancartas y dolor ajeno, pero qué, desde que han conseguido casi todo; sgaes, subvenciones, y premios varios, incluyendo, incluso, que hagan ministra a una de las suyas , han desaparecido del mapa. Este asunto de Afganistán, parece que no les parece, una guerra. Según estos voluntariosos líderes de opinión, lo que están haciendo nuestras tropas, es un picnic totalmente campestre para recoger flores sobre el terreno. Ya me lo contarán, estoy seguro que en algún escogido momento reaparecerán para protestar. Mientras tanto, me da la impresión que están jugando al tute con sindicatos y subsecretarios, es decir, reunidos con los amiguetes que reparten la pasta.
Otro invento, que aúna diversidad lingüística y creatividad judicial, es esto; “Marbella/ El Ayuntamiento se agarra a la falta reiterada al trabajo para despedir a Roca”. Tiene su gracia, que haya tenido que faltar al trabajo “varios años” para que lo puedan echar. El resto de las actuaciones de este sujeto, parece no tienen la menor importancia, ni se merecen un despido. Sorprende esto, cuando a un currante de infantería lo pueden poner en la puñetera calle si falta unos cuatro o cinco días, sin más historias. Ahora para redondear la bella jugada legalista, que venga otro magistrado y declare el despido improcedente y haga que le paguen las nóminas atrasadas y lo reponga en su puesto. No me extrañaría lo más mínimo que esto ocurriera ya mismo. Eso de la igualdad ante la ley, es algo que hace tiempo que se desvaneció en la memoria proto histórica. Aquí, la ley, depende, no del código, sino del jaez del delincuente. Si es de los elegidos, tratamiento especial.
Es mejor dejar esto y ver lo que pasa fuera. En la tierra del Profeta, han conseguido enterrar al seminegro; “Michael Jackson encuentra el descanso eterno” Me recuerda el chiste del que iba arañado y al preguntarle, era porque al enterrar a su suegra, esta, “no se dejaba”. Este parece que tampoco se dejaba enterrar.
Ahora bien, notición, este; “Long Island/ Detienen a una monja por conducir bebida tras emborracharse en una iglesia /La religiosa, Lauren Hanley, de 68 años, que doblaba la tasa de alcohol permitida, se estrelló contra un árbol al intentar esquivar a un grupo de niños que jugaba en la calle”. Cada cual que se curre el pensamiento filosófico sobre la actuación de doña Lauren, pero; estar de juerga; en una iglesia; conducir un coche totalmente mamada; estrellarlo, y montar este follón, con 68 primaveras, es arrebatador. ¡Qué mujer ha perdido la civilización occidental!, ¡Qué buena ministra habría sido!, ¡Qué consecuente con sus funciones!
Hasta mañana (aun extasiado con la vitalidad de sor Hanley)
Pepeprado
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