Con el trabajo que costó convencer a todo quisqui que no había crisis, que no existía y que era una invención del malvado señor Rajoy (para xoder), ahora resulta que la crisis es cosa de todos y que se habla de ella en plan familiar. Por ahí fuera, en eso que llaman Europa, nos dicen esto; “La crisis destruirá hasta 2010 2,7 millones de empleos” A mí me entran un par de dudas terribles; cuantos nos corresponde (espero que no sean todos de aquí), y si aún nos quedan bastantes para cumplir con nuestra cuota. Menos mal que el Gran Timonel ha dado otro viraje psicológico, mental y doctrinal y le va a poner solución; “Zapatero defiende que su única salida es subir los impuestos, aunque sea impopular” Qué pena de hombre. Hay que ver lo mal que lo pasa y lo que sufre por nosotros.
A otra cosa. Dentro de los síntomas cada vez más evidentes de que “otra vez” se le está dando oxigeno a los alegres chicos de ETA, seguramente para que no echen de menos a su añorado ex-dalaikari y sus cómplices, aparece semi escondida esta emocionante noticia; “Interior realiza el mayor traslado de presos de ETA desde el fin de la tregua” Todo sea por mantener el poder. El tiempo lo aclarará.
Lo que si es claro es que aquí, para ser respetado hay que ser un sinvergüenza cómo mínimo; “El Tribunal Supremo revisa la condena a ´Nanysex´/ Álvaro I.G. está condenado a 58 años por cinco delitos de abusos sexuales y seis de corrupción de menores” Ni siquiera hablo de que vayan a cambiar la pena por un cursillo de papiroflexia, eso está ya cantado. De lo que hablo es del respeto hacia este impresentable al que las leyes, esas que no protegen a los honrados, protegen hasta el extremo de no poder ni dar su nombre. Sólo iniciales. Vale, pero, ¿y nuestro derecho a saber que nos la estamos jugando con gente peligrosa? Eso no parece que sea importante. El fulanito que viola, mata y ultraja por doquier, cuando sale de los dos o tres añitos de veraneo, está protegido por la ley y se puede venir a vivir a la casa de al lado, y tú… en
Como una especie de falsa expiación y para intentar acallar en lo posible las críticas de forma inmediata, ahora la solución al problema de la docencia, es convertir a los maestros y profesores (aparentemente) en una especie de sheriffs del lugar;“Piden extender la consideración de «autoridad pública» a los profesores de centros privados”. Esto es una solemne chorrada. Los maestros y profesores tienen que ser eso, docentes. Lo que pasa es que el asunto ese del respeto se perdió desde el momento en que directores e inspectores están más preocupados por rellenar impresos, hacer planes imposibles y cuadrar estadísticas para mayor loor del partido, que de respaldar a sus colegas de la primera línea. La aparición de las APAs, refugio de mediocres que buscan despuntar en algún sitio donde no se precise más mérito que el simplemente estar allí, ha sido una de las causas del acoso y de los resultados actuales. Todo esto es ni más ni menos que el resultado natural de aquellos años de “movidas”, revanchas y defenestraciones ideológicas. Muchos de estos papás de las APAs actuales, aunque también los haya realmente bienintencionados, son aquellos asiduos defensores del porrito y el despelote mental, y claro, ahora se les nota que las pocas neuronas que les quedan, las tienen afectadas. Vale. Sigamos así, lo siguiente será buscar maestros y profesores tipo Robocop, así todos felices. Tecnología punta e inteligencia cero. Lo ideal.
Una prueba colateral, que es una palabra muy de moda, es esto; “'El símbolo perdido', un millón de copias en un solo día / El autor de 'El Código Da Vinci' confiesa haberse sentido presionado al escribir su nuevo libro” El Código de las narices fue un pestiño de mucho cuidado. Su lectura era para castigarse las neuronas. Su trama, sólo se basaba en poner verde a unos pocos, buscar ocasiones para lanzar acusaciones sin fundamento a todo lo que sonara a católico y darle patadas a
Hasta mañana.
Pepeprado
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